¿Alguna vez ha consumido arroz negro o maíz rojo? ¿Sabía que hay zanahorias moradas, tomates amarillos y rábanos blancos?
Salomón Sayago Mejía, de 18 años, descubrió que muchos jóvenes, niños, e incluso adultos desconocen que existe una gran variedad de vegetales y se propuso, por decirlo de alguna manera, sacar esos alimentos del anonimato para aprovechar sus bondades.
Este estudiante de onceavo año del colegio Lincoln está convencido de que la agrodiversidad es una vía efectiva para solucionar la crisis agroalimentaria en la que se encuentra el mundo.
Por eso dio vida a un proyecto llamado "Punto de encuentro", donde jóvenes motivan a otros o a los más pequeños a comer variado, rescatar recetas de los abuelos y sembrar plantas para evitar, muy especialmente, la extinción de las semillas.
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¿Cómo logra este objetivo? El muchacho, con el apoyo de sus padres Liliana Mejía Botero y Daniel Sayago Castro y la ayuda de algunos compañeros, ha creado un modulo educativo en el que 90 chicos de primer grado en su colegio reciben una clase cada semana. En ella, de una forma didáctica y divertida, se abordan tres temas centrales: el agro, la nutrición y las huertas.
Así, durante los meses en que se lleva a cabo este plan, los niños aprenden sobre distintos productos que se cultivan en el campo, la riqueza nutricional que estos tienen, las muchas recetas que pueden prepararse con ellos y, finalmente, se les invita a experimentar con la siembra de frutas y verduras.
En una de las clases se motiva a los pequeños estudiantes a crear sus propios superhéroes, tomando como base sus vegetales preferidos. Salomón y sus compañeros de colegio también tienen los suyos y los llevan a las aulas como parte de la motivación. Incluso, hasta se han hecho camisetas alusivas al tema que desarrollan.
Modelo extensivo
El éxito del módulo ha sido tal que será replicado, a manera de prueba, en otros centros de enseñanza como Panamerican School y Blue Valley School. También será puesto en práctica en Anglo School, en Colombia.
"Me preocupa el futuro de la alimentación, porque hay muchas personas que subestiman el papel protagónico que el campo y los campesinos deben jugar en la seguridad alimentaria de nuestro planeta. A raíz de esto, se permite el ingreso al campo de sistemas que monopolizan el manejo de las semillas y la producción de alimentos, exponiéndonos a la inseguridad alimentaria, estropeando el desarrollo económico y hundiendo a los campesinos individuales en la pobreza", reflexionó el muchacho, vecino de San Antonio de Belén, Heredia.
Una pasión en ebullición
La inquietud de Salomón por la agricultura y el medio ambiente surgió alrededor de los cinco años, cuando quería saber todo lo que sucedía con los árboles y las plantas del jardín, recordó su madre.
Con los años, esa pasión por la naturaleza se fue incrementando hasta que en el 2011 sus papás le ayudaron a formar la Fundación Salomón, una organización sin fines de lucro cuyo objetivo es servir de apoyo para actividades ligadas con la siembra de árboles frutales en sitios públicos.
El joven quería que la gente pudiera probar frutos sin restricción y por eso se sembraron unos 100 árboles nativos en Belén. La iniciativa ha permitido que otros colegiales puedan hacer horas comunitarias y, durante el proceso, se han realizado varias actividades en coordinación con la municipalidad local.
Cuando cursaba el décimo año Salomón emprendió una investigación sobre los beneficios de la agrodiversidad en la siembra y la nutrición para la conservación de las semillas y así fue como surgió el programa Punto de Encuentro.
La actividad más reciente organizada por este colegial y quienes se le han unido en el camino, fue la "Primera Feria de la Agrodiversidad", que se llevó a cabo el 23 de mayo en el Colegio Lincoln. Ahí, 11 agricultores presentaron sus productos a los estudiantes de este centro de enseñanza y les comentaron sobre los usos que podrían darles. También se impartieron algunas charlas relacionadas con el tema.
Junto al módulo educativo, Salomón promueve la agrodiversidad a través de su página web: www.fundacionsalomon.org, su muro de Facebook y la aplicación Fundación Salomón que está disponible para iOS y Android.
Los compañeros de colegio que le han apoyado en la construcción de este sueño son María Paula León, Alberto Odio y Bernard Hermelink.