Los chanchos y venados podrían haber llegado a la Isla del Coco hace 300 años, a bordo de embarcaciones de paso y producto de los procesos de colonización que ha tenido el sitio a lo largo de su historia, mas eso no significa que sean bienvenidos.
Por el contrario, al tratarse de animales invasores y generadores de problemas, tienen sus días contados.
En la mira también están otras especies que no pertenecen al lugar y que causan trastornos como las ratas y los gatos.
“(...) si lo vemos desde una perspectiva de evolución, 300 años no es nada, es un evento relativamente reciente (se refiere a la incursión de chanchos y venados)”, dijo Mónica Gamboa, oficial de conservación marina de la Asociación Costa Rica por Siempre.
“Hay quienes piensan que ya la isla se acopló, logró su equilibro nuevamente, la realidad es que a través de estudios científicos vemos que no; venimos sufriendo un sin número de consecuencias de tener las especies exóticas invasivas en la parte terrestre (de la isla)”, añadió.
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La principal preocupación que comparten científicos y autoridades, es el daño que todos estos animales no nativos tienen sobre las especies endémicas de la isla, es decir, que solo están ahí y de las cuales no hay en ningún otro lugar.
Por ejemplo, las ratas están alimentándose de aves endémicas como el pinzón (Pinaroloxias inornata), cuclillo (Coccyzus ferrugineus) y mosquerito (Nessotricus ridgwayi).
Del archivo:
Mientras que los cerdos con sus excavaciones, además de generar erosión, remueven las plantas nativas que crecen en la isla. Además, la caída de los sedimentos a las aguas oceánicas, producto de esta actividad, impacta de forma negativa a los corales.
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Por otro lado, "los venados son de los que más daño provocan, no permiten la regeneración natural del bosque, contribuyen a que se formen claros en la isla que no se regeneran naturalmente”, indicó Esteban Herrera, director de Áreas Silvestres Protegidas del Área de Conservación Marina Cocos (ACMC).
Las ratas, por su parte, provocan daño a las semillas de los árboles, las roen y las destruyen, ya que se nutren de ellas. Asimismo, son posibles transmisoras de enfermedades para los seres humanos y también se alimentan de aves y lagartijas.
“El mayor endemismo de Costa Rica lo encontramos en la Isla del Coco. Por eso decimos que esto es realmente una situación preocupante”, expresó Gamboa.
Decisión será científica
Ante el panorama descrito, es que el 8 de febrero del presente año, el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) firmó un acuerdo de cooperación con la organización estadounidense Island Conservation y la Asociación Costa Rica por Siempre, “para la restauración ecológica del Parque Nacional Isla del Coco”.
Este convenio también pretende fomentar acciones enfocadas al manejo, la investigación científica, planificación y comunicación, según indica el comunicado de prensa.
Island Conservation ha trabajado en la restauración de 63 islas en todo el mundo, erradicando especies invasoras con el fin de evitar la extinción de las especies nativas.
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Actualmente, en Isla del Coco se tiene en marcha un estudio sobre la distribución y abundancia de los chanchos y venados, los primeros mamíferos que deben ser atendidos según las prioridades establecidas en el Plan de Manejo de Especies Exóticas Invasivas del parque nacional.
Se espera dar a conocer los resultados de esta investigación a principios del 2020.
“Antes de intentar hacer una erradicación o una atención de la amenaza, hay que saber donde están los animales, qué partes de la isla están utilizando y más o menos cuantificarlos”, señaló la bióloga marina de la Asociación Costa Rica por Siempre.
Para obtener esta información se colocaron 45 cámaras trampa alrededor de la Isla y que se activan con el movimiento. Debido a la altura a la que fueron colocadas, se espera que también se pueda recoger información sobre los gatos y ratas, aunque este no es el principal objetivo.
Según la experta serán los estudios los que conducirán la toma de decisiones.
Otro de los objetivos del acuerdo es desarrollar una campaña de comunicación, previendo el rechazo que pueda generar entre distintos grupos de la sociedad, cualquier determinación que se vaya a tomar para lograr la restauración de la Isla del Coco.
Posibles alternativas
Existen distintas opciones sobre la mesa para erradicar las especies de la isla: como el traslado, castración y otras metodologías. Pero cada una tiene sus implicaciones logísticas, costos económicos asociados y dificultades.
Por ejemplo, el ministro del Minae, Carlos Manuel Rodríguez descartó que se considere traerlas a suelo continental de Costa Rica, por lo que encontrar otro sitio donde colocarlas, sería un punto determinante para tan siquiera considerar esta posibilidad.
Las poblaciones de estos mamíferos, por las condiciones particulares en las que han vivido, pueden tener un deterioro genético, en comparación con sus similares en el continente,. Esto las hace débiles y vulnerables a enfermedades y parásitos; por lo que no se podrían mezclar ya que sería un riesgo para ambos grupos.
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El compromiso del país para seguir con cualquiera de las opciones disponibles para restaurar la isla, será fundamental, ya que según Gamboa “el proceso de erradicación no puede quedarse a medias ni puede fallar”.
“Se tiene que asegurar que absolutamente todos los animales objetivo sean eliminados, porque una vez que usted baja la población de una especie, lo que hace es que haya más disponibilidad de alimento y espacio. Lejos de resolver el problema lo empeoraste” , advirtió.
De ahí que la posición que han recibido de Island Conservation, es que hasta que no estén todos los fondos para garantizar el proceso completo, ellos no arrancarían.
Se estima que la inversión necesaria para llevar a cabo un proceso de restauración del Parque Nacional Isla del Coco, podría elevarse hasta los $6.000.000 (aproximadamente ¢3.588.000.000).