Dentro de su lista oficial de medicamentos (LOM), la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) tiene 813 fármacos que responden a 539 principios activos. Sin embargo, hay diez que constituyen el 15,69% del presupuesto de medicamentos.
Durante 2024, estos diez fármacos significaron $62,5 millones (unos ¢31.700 millones) de los $400 millones que se destinan al año a medicamentos. El más caro significó $18,6 millones el año pasado (unos ¢9.434 millones).
Son productos altamente especializados, en su gran mayoría (90%) para tratar cáncer u otras enfermedades muy específicas (esclerosis múltiple). Estos entran dentro de la llamada “medicina de precisión” que busca una terapia más dirigida y específica a cada tipo de cáncer, en lugar de las quimioterapias tradicionales que tienen un efecto también sobre células sanas.
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“Durante mucho tiempo para tratar el cáncer se utilizaban, y todavía se utilizan en algunos casos, tratamientos con muchos efectos secundarios: los pacientes se debilitaban mucho, tenían náuseas, vómitos, anemias, caídas de cabello. Estos tienen mejores efectos y menos eventos adversos”, manifestó Larry Ramírez Chavarría, del Colegio de Farmacéuticos.
“El problema es que son sumamente caros”, añadió.
Esta es la lista de los diez medicamentos más caros, facilitada a La Nación por la Dirección de Farmacoepidemiología de la CCSS:

Anticuerpos ‘de laboratorio’
Ramírez explicó que estos tratamientos son llamados anticuerpos monoclonales. Para entender su función debe recordarse qué son los anticuerpos: proteínas que el sistema inmunitario utiliza para identificar y neutralizar “objetos extraños”, como bacterias o virus.
Cuando se habla de anticuerpos monoclonales (mAb, por sus siglas en inglés) se necesita un laboratorio que los lleve “un nivel (o varios) más arriba”. En otras palabras, los anticuerpos monoclonales son proteínas artificiales que potencializan el sistema inmunitario y lo ayudan a combatir enfermedades.
Estas terapias usan el anticuerpo como una “flecha” cuyo blanco son las células cancerosas. Esto puede estimular o inhibir acciones en las células. En leucemia y otros tipos de cáncer ayuda a disminuir la proliferación de células malignas. Lo anterior permite detener el crecimiento, bajar las probabilidades de reincidencia, y habría disminución de algunos efectos secundarios.
Los tratamientos médicos de este tipo no funcionan para todos los tumores ni para todos los estadíos. Por ejemplo, en la lista hay cuatro para cáncer de mama, pero tienen indicaciones diferentes según las mutaciones, hormonas o proteínas que caractericen al cáncer o según si hay o no metástasis.
Además, explicó Ramírez, estos medicamentos requieren de personal especializado que los aplique, dado que muchos se reciben por vía intravenosa o inyectados.
Uno a uno
1- Pembrolizumab. Según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos (NCI, por sus siglas en inglés), este fármaco se une a una proteína llamada PD-1 para ayudar a las células inmunitarias a destruir más células cancerosas. La CCSS lo utiliza en cáncer de mama, cérvix, riñón, melanoma, y cabeza y cuello. En 2023, había 167 pacientes con este tratamiento. El año pasado significó una erogación de $18,6 millones (¢9.434 millones).
2- Pertuzumab. Bloquea una proteína llamada HER2, que es vital en el desarrollo de algunos casos de cáncer de mama. Al bloquearla se reduce la proliferación de células cancerosas. La CCSS lo ofrece desde 2019, cuando lo recetó a 53 pacientes. El año pasado se invirtieron $9,6 millones (¢4.869 millones).
3- Nilotinib. Bloquea la acción de una proteína anormal que envía señales a las células cancerosas para que se multipliquen. Con esto inhibe o retrasa la proliferación del cáncer. La CCSS lo usa en el tratamiento de la leucemia. Hay de cinco a siete pacientes nuevos por año. En 2024 significó $5,6 millones (¢2.840 millones).

4- Osimertinib. Se usa para prevenir la reaparición de un determinado tipo de cáncer de pulmón después de la extirpación quirúrgica. Se invirtieron $4,5 millones (¢4.282 millones).
5- Bevacizumab. Bloquea la formación de nuevos vasos sanguíneos que alimentan los tumores. Esto puede ayudar a detener su crecimiento y propagación. La CCSS lo usa en cáncer de colon e hígado. El año pasado representó una erogación de $4,4 millones (¢2.234 millones).
6- Ribociclib. Inhibe el crecimiento de determinados tumores de mama con metástasis. La CCSS invirtió $4,2 millones el año pasado (¢2.130 millones).
7- Atezolizumab. Inyección de anticuerpos monoclonales que se utiliza para tratar varios tipos de cáncer. En la CCSS se usa contra cáncer de hígado y de pulmón. Significó una inversión de $4,2 millones el año pasado (¢2.130 millones).
8- Ocrelizumab. El único fármaco de la lista que no es contra cáncer, sino contra esclerosis múltiple, especialmente en la recurrente o que no ha reaccionado positivamente con otros medicamentos. El año pasado se destinaron $3,9 millones a su compra (¢1.978 millones).
9- Trastuzumab emtansina. Es un conjugado anticuerpo-fármaco que se usa en ciertos tipos de cáncer de mama. El año pasado se destinaron $3,8 millones (¢1.927 millones).
10- Daratumumab. Una inyección de anticuerpos que se usa en el tratamiento del mieloma múltiple (un tipo de cáncer de médula ósea). En 2024 se destinaron $3,8 millones (¢1.927 millones).
