
Bajo las aguas profundas del lago Issyk-Kul, en el Kirguistán, arqueólogos internacionales identificaron vestigios de un antiguo asentamiento medieval que desapareció en el siglo XV. La investigación estuvo a cargo del Instituto de Arqueología de la Academia Rusa de Ciencias y del Instituto B. Dzhamgerchinov de Historia, Arqueología y Etnología.
La primera fase se desarrolló en julio, en el marco de las celebraciones por los 200 años del nacimiento del explorador P. P. Semenov-Tyan-Shansky. En esta etapa, se evaluó un sistema robótico subacuático conformado por el vehículo Trioniks-6M y un sistema de posicionamiento hidroacústico RWLT.
Este equipo, controlado por boyas con geoposicionamiento, permitió seguir al robot en tiempo real y operar durante cuatro horas al día sin puntos ciegos. El área cubierta fue de aproximadamente 20.000 m², donde se cartografió con precisión una estructura de ladrillos con una piedra de molino. Además, se detectaron bases de árboles sumergidos y se marcaron puntos de muestreo para estudios posteriores.
Mientras tanto, otro grupo de investigadores se enfocó en la digitalización de petroglifos ubicados cerca de la aldea de Ornok, al norte del lago. Con toda la información recabada, los expertos crearon ortofotomapas, modelos fotogramétricos y un Sistema de Información Geográfica (SIG), que podría servir como base para futuros trabajos de conservación y para elaborar la primera copia digital integral del sitio arqueológico.
Revelaciones en el complejo sumergido de Toru-Aygyr
Entre setiembre y octubre, la expedición se centró en el complejo arqueológico subacuático de Toru-Aygyr, en el noroeste del lago. Este sitio alberga los restos de una aglomeración urbana medieval que prosperó entre los siglos X y XIII y quedó sumergida en el siglo XV. Las causas podrían incluir eventos tectónicos, cambios climáticos o alteraciones en el nivel del agua.
En el primero de los cuatro puntos inspeccionados, donde hay edificaciones de ladrillo cocido, los arqueólogos ampliaron el modelo fotogramétrico del llamado Sitio 9. Allí recuperaron un elemento arquitectónico único, posiblemente parte de un edificio público decorado.
El segundo punto reveló una necrópolis islámica de los siglos XIII y XIV, gravemente erosionada. Las sepulturas, algunas con esqueletos expuestos, se extendían en una superficie de 300 x 200 metros. Los cuerpos estaban orientados hacia La Meca, lo que confirmó el rito musulmán. Para evitar su pérdida total, se extrajeron dos tumbas completas, una de un hombre y otra de una mujer, con fines antropológicos.
En el tercer sitio, se encontraron indicios de una expansión del asentamiento hacia el sur. Tres sepulturas detectadas podrían pertenecer a un cementerio anterior, luego cubierto por nuevas construcciones, lo que sugiere un cambio en el uso del espacio a lo largo del tiempo.
En el cuarto punto, ubicado al oeste de Toru-Aygyr, las aguas poco profundas ayudaron a preservar estructuras rectangulares en buen estado. En ese lugar, el equipo efectuó perforaciones subacuáticas para obtener una columna estratigráfica. Se tomaron muestras del adobe y del suelo, útiles para comprender las técnicas de construcción y las etapas de ocupación del lugar.
Los especialistas destacaron que estos hallazgos refuerzan la importancia de Toru-Aygyr como uno de los complejos arqueológicos subacuáticos más relevantes de Asia Central. Gracias al uso de tecnología avanzada, cada temporada de excavación permite reconstruir con más precisión un pasado medieval que permaneció oculto durante siglos.
LEA MÁS: Arqueólogos descubren un hipódromo romano de 2000 años de antigüedad bajo un vertedero en Turquía
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
