
Un grupo de científicos identificó variantes genéticas en el pueblo Turkana, al norte de Kenia, que explican su capacidad de vivir en una de las regiones más áridas del planeta.
El hallazgo se publicó este viernes 19 de setiembre en la revista Science, luego de analizar 367 genomas completos y más de 7 millones de variantes genéticas.
Los investigadores encontraron adaptaciones relacionadas con la deshidratación y el metabolismo de alimentos con alto contenido en purinas.
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En este grupo étnico, el 70% u 80% de la dieta proviene de carne y sangre animal, alimentos ricos en purinas que en otros grupos generan enfermedades como la gota. Sin embargo, entre los Turkana, este tipo de padecimientos es poco común, a pesar del alto consumo de estos productos.
Uno de los genes más destacados en el estudio es STC1, vinculado con la respuesta del organismo a la falta de agua y con el procesamiento de alimentos de origen animal.
Aunque el análisis mostró que el 90% de las personas evaluadas presentaba signos de deshidratación, en general, se encontraban en buen estado de salud.
Según los especialistas, estas adaptaciones genéticas surgieron hace aproximadamente 5.000 años, periodo en que esa zona de África atravesó un proceso de mayor aridez.
Dieta animal como herencia evolutiva
Las condiciones extremas del norte de Kenia impiden desarrollar agricultura. Como respuesta, el pueblo Turkana adoptó un estilo de vida pastoril, basado en el consumo de alimentos de origen animal. Esta práctica se mantiene en la actualidad, lo que refuerza la importancia de las adaptaciones identificadas.
El riesgo del desajuste evolutivo
El estudio también advirtió sobre un fenómeno conocido como descompaso evolutivo. Cuando los Turkana migran a ciudades, las mismas adaptaciones que les permitieron sobrevivir en zonas áridas pueden volverse desventajas. En un entorno urbano, la dieta cambia, y aumentan riesgos como hipertensión y obesidad.
Una investigación construida con la comunidad
Este proyecto se desarrolló durante casi una década y combinó conocimientos de genética, ecología y antropología. Investigadores sostuvieron reuniones nocturnas con líderes locales y vecinos alrededor de fogatas, para conocer cómo ha evolucionado la salud, la alimentación y los estilos de vida en la comunidad.
Como parte del retorno de información a la población, el equipo científico prepara el lanzamiento de un podcast en idioma Turkana con recomendaciones prácticas de salud.
Los investigadores señalaron que otros pueblos pastores de África Oriental, como los Rendille, Samburu y Borana, podrían tener adaptaciones genéticas similares.
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*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
