
Durante más de 100 años, las llamadas “piedras de dragón” mantuvieron en incertidumbre a arqueólogos y habitantes de Armenia. Sin embargo, un equipo de investigadores liderado por especialistas de la Universidad Estatal de Yereván ofreció una nueva interpretación sobre estos monumentos megalíticos tallados hace más de 6.000 años.
Se trató de 115 monólitos conocidos como vishaps, repartidos por distintas zonas montañosas de Armenia. El análisis reveló que estas estelas, esculpidas en andesita y basalto, no eran simples decoraciones rituales, sino estructuras con importancia hidráulica y ceremonial para las comunidades agrícolas de la región.
El estudio se publicó en la revista científica npj Heritage Science el 1.° de setiembre.
Los investigadores explicaron que la mayoría de las piedras se colocaron en zonas elevadas, entre 1.980 y 2.660 metros sobre el nivel del mar. La ubicación coincidía con nacientes, cursos de agua y sistemas de irrigación.
Muchas de estas rocas estaban enterradas parcialmente, con una parte incrustada en el suelo, y otras presentaban formas híbridas decoradas con relieves de peces y pieles de animales.
Este hallazgo llevó al equipo a concluir que los vishaps marcaban fuentes de agua alimentadas por el deshielo. Servían como indicadores naturales y como parte de un sistema simbólico en el que el agua ocupaba un papel central en la espiritualidad y economía de los antiguos pueblos.
Datación precisa gracias al radiocarbono
Durante décadas, la antigüedad de los monumentos se desconocía. No obstante, la aplicación de análisis de radiocarbono en 46 muestras extraídas del sitio arqueológico de Tirinkatar, en el Monte Aragats, permitió fijar su origen entre los años 4.200 y 4.000 a. C.
Con esto, los investigadores establecieron que los primeros vishaps surgieron hace más de seis milenios, integrándose dentro de una red sagrada comparable con otros sitios de culto en zonas altas del mundo antiguo.
Según el equipo, la distribución de estas piedras en lugares estratégicos refleja tanto el esfuerzo colectivo de las sociedades prehistóricas como la importancia central del agua como fuerza vital.
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