
Desde el este de Rusia, Filipp Romanov, un astrónomo aficionado y autodidacta, detectó una supernova en una galaxia distante, sin necesidad de salir de su hogar.
Utilizó el telescopio remoto T59, del portal iTelescope.net, situado en Siding Spring, Australia, para identificar el fenómeno cósmico.
El hallazgo se confirmó mediante espectroscopia y fue registrado oficialmente como AT 2025umq (PSN J00481888+0759006), ubicado en la galaxia SDSS J004819.14+075856.8, dentro de la constelación de Piscis, a unos 2.000 millones de años luz de la Tierra.
Romanov fue reconocido como el primer descubridor del objeto. La validación se publicó en el sistema de observaciones Telegrama del Astrónomo.
Este no fue el primer hallazgo astronómico atribuido a Romanov. Anteriormente identificó 82 estrellas variables, diez candidatas a nebulosas planetarias, ocho asteroides, tres supernovas en la galaxia de Andrómeda y cuatro probables pares de estrellas binarias.
Qué es una supernova Tipo Ia y por qué importa
El fenómeno observado corresponde a una supernova de Tipo Ia, que se genera cuando una enana blanca, es decir, una estrella extinguida, acumula masa de otra compañera y colapsa de forma explosiva.
Estas explosiones marcan el fin de estrellas con masas al menos cinco veces mayores que la del Sol. Durante ese colapso, se pierde el equilibrio entre la presión nuclear y la gravedad. La energía liberada puede ser mayor que el brillo de toda la galaxia que la alberga.
Las supernovas de este tipo son claves para la cosmología. Funcionan como instrumentos para medir distancias astronómicas, al comportarse como “reglas cósmicas” por su luminosidad predecible.
La investigación detrás del hallazgo
Romanov solicitó imágenes a telescopios de alta capacidad, como el Liverpool Telescope y el T59, con el objetivo de buscar objetos celestes desconocidos. Usó exposiciones de 300 segundos y detectó una estrella tenue que no aparecía en archivos anteriores.
En ese lugar solo figuraba la galaxia SDSS J004819.14+075856.8, lo que motivó la medición del brillo y el envío de datos al Servidor de Nombres de Transientes (TNS), parte de la Unión Astronómica Internacional (IAU).
Al revisar registros anteriores, Romanov notó que esa misma zona había sido captada el 19 de agosto, lo cual reforzó la autenticidad de su hallazgo.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
