
Un equipo internacional de científicos logró convertir un riñón del tipo A al tipo O, lo que permitió su trasplante en un receptor con muerte cerebral.
Aunque el órgano mostró signos de rechazo tras dos días, el procedimiento marca un hito en la investigación médica y ofrece nuevas posibilidades para reducir los tiempos en la lista de espera por donantes.
El experimento fue publicado el 3 de octubre en la revista Nature Biomedical Engineering y mostró que la conversión hizo del riñón un órgano “universal”, lo que significa que puede ser compatible con cualquier grupo sanguíneo.
Cómo funciona la conversión de tipo sanguíneo en órganos
Los investigadores emplearon enzimas específicas para eliminar los antígenos del grupo sanguíneo presentes en el riñón. Esta técnica permite evitar que el sistema inmunológico del receptor lo identifique como un agente extraño y lo ataque.
En este caso, el órgano fue colocado en un receptor con muerte cerebral que tenía altos niveles de anticuerpos anti-A. La familia del paciente consintió el procedimiento. El trasplante duró cerca de dos horas y no incluyó tratamiento previo con anticuerpos, como se hace habitualmente, ya que el objetivo era probar si el órgano podía evitar una rechazo hiperagudo de forma natural.
Resultados y limitaciones observadas
Durante las primeras 48 horas el riñón funcionó correctamente y no mostró señales de rechazo. Sin embargo, al tercer día el sistema inmunológico comenzó a responder, ya que el órgano ECO (enzimáticamente convertido a O) volvió a generar antígenos A.
Según los científicos, en un contexto clínico tradicional, técnicas como la inmunosupresión optimizada podrían prevenir esta reacción. Estas terapias ya se utilizan en trasplantes convencionales y podrían aplicarse en futuras versiones de este procedimiento.
Potencial impacto en las listas de espera
Este avance busca reducir las restricciones que impone la compatibilidad sanguínea en los trasplantes. Las personas con sangre tipo O, que representan más del 50% de la lista de espera por órganos, son las más afectadas, ya que solo pueden recibir donaciones del mismo tipo. A menudo deben esperar entre dos y cuatro años más que otros pacientes.
Desde la década de 1980 existen métodos para realizar trasplantes entre tipos incompatibles (ABOi), pero son complejos y requieren varios días de preparación. En 2022 se desarrolló un protocolo con enzimas para convertir órganos en “universales”, denominado ECO, el cual ya se había probado con éxito en pulmones, aunque sin llegar a su trasplante en humanos.
Los investigadores aseguran que el procedimiento aún se encuentra en etapa experimental. Aunque no se puede afirmar que será aplicado de forma masiva en el corto plazo, el avance representa una posibilidad real para ampliar el acceso a órganos compatibles y mejorar la eficiencia del sistema de trasplantes.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
