Es el ‘crack’, el capitán, el mejor extranjero, el mejor de la historia en Saprissa. El que en muchas ocasiones da ‘Masterclass’ en la cancha. Esas son algunas de las muchas opiniones que los aficionados morados han expresado sobre Mariano Torres. Se deshacen en elogios para el argentino, se derriten cuando lo ven, le gritan, le piden un autógrafo, una foto y hasta le ruegan que nunca se vaya de Saprissa.
Pero pierde el equipo otra vez contra el Real Estelí y de nuevo Mariano no jugó. El martes pasado, Mariano estaba en la banca y, en un momento del juego, Vladimir Quesada envió a todos a calentar, menos al argentino, clara señal de que no iba a entrar al partido.
Los morados perdieron, volvieron a hacer el papelón en Nicaragua y apareció la hipocresía. “¿De qué vale tener a su estrella en la banca si no podés usarlo? ¿Vamos a hablar de la negativa de Mariano a jugar en canchas sintéticas? El jugador más diferencial del equipo y pues no contamos con él para estos momentos críticos”, escribieron en la cuenta de Nación Morada en X. “Si no vas a meter a Mariano Torres, aunque vayas perdiendo 2-0 en Nicaragua, ¿para qué lo llevas? Déjalo en la casa descansando y no teniendo que compartir avión con Arboine”, son algunos de los muchos comentarios que lanzaron los aficionados morados, obviamente dolidos. Sangrando no por la herida, sino por el teclado, muchos buscaron el desahogo y, lo quieran o no, la emprendieron contra el futbolista que en otras ocasiones han señalado como el artífice de los diez títulos de diferencia que hay entre Saprissa y la Liga. Que, por cierto, si siguen jugando así, esa brecha se va a reducir muy rápido.
Mayor acomodo no puede existir: veneran a Mariano en los títulos y ante la derrota exclaman que es un lujo que el capitán solo juegue en canchas naturales.
Desde hace tiempo, Vladimir Quesada explicó que no usa a Mariano Torres en canchas sintéticas porque le afectan las articulaciones; lo golpean mucho. Pueden leer la nota de La Nación del 19 de enero de este año.
Luego de perder con el Estelí, el técnico explicó: “Mariano tiene un tipo de lesión en una de sus articulaciones, ha estado entrenando y soportando un dolor. Para nadie es un secreto que para las articulaciones el golpeo en una cancha sintética agrava cualquier situación. Preferimos perderlo en un partido y no como la temporada pasada por cuatro meses”, indicó Vladimir.
No voy a hacer de abogado de Vladimir, pero si el médico, el fisioterapeuta y hasta el preparador físico alertan al entrenador de que a Torres le afectan mucho los terrenos artificiales, ¿entonces qué hace Vladimir? ¿Ponerlo a huevo (me perdonan la expresión), alinearlo porque se le antoja o lo necesita? No funciona así, no lo puede exponer a una seria lesión. ¿Por qué lo llevan? Porque en el fútbol se aporta dentro y fuera del terreno de juego, más si se trata del capitán, de una figura de enorme recorrido como el ‘ché’.
“Ya Mariano no está. Muchos títulos, muchas alegrías, pero si no está al cien por ciento, hasta luego. Nos vemos”, dijo un morado en el programa Vistazo Deportivo. La frase que más evidencia esa frágil idolatría que algunos aficionados tienen por sus figuras.
Ya veremos en diciembre si Mariano Torres decide seguir en Saprissa o poner punto final a su carrera. Si es lo segundo, se vendrá el crujir de dientes de los morados y, seguro, el lamento, el llanto de los acomodados, dolidos porque se marcha el ‘crack’, mientras hoy le reclaman que no quiere jugar en canchas sintéticas.
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