Cuando volvamos a las vidas de Bill Masters y Virginia Johnson , en la tercera temporada de Masters of Sex , los veremos al borde de un precipicio que ellos buscaron con afán. Por años, han conducido un estudio sobre el comportamiento sexual humano y saben que podría cambiar a la sociedad. No obstante, a punto de debutar ante el público con los resultados, dudan y temen.
La revolución sexual está en la puerta cuando Masters y Johnson concluyen su investigación. Empezamos este nuevo ciclo en 1965 , una vez más en compañía de Michael Sheen y Lizzy Caplan , quienes se han afianzado como una de las parejas más envolventes del (vastísimo) menú de series.
Siendo sinceros, pocas parejas parecen de carne y hueso entre docenas de dramas y comedias. Aún cuando hay química entre los actores en otras series, suele ocurrir que haya poco en juego más que el atrevimiento de una escena sexual –y, a estas alturas, es difícil que escandalicen–.
Con Sheen y Caplan enervados por la tensión emocional, Masters of Sex integra al sexo profundamente en su trama, en vez de convertirlo en decoración (hubo revolución sexual, pero sigue siendo un acto exótico, si juzgamos por algunos dramas populares).
Sheen y Caplan se han apropiado de dos personajes clave en la revolución sexual de los años 60 y, en esta temporada, tiene más protagonismo Caitlin FitzGerald (como la esposa de Bill, Libby Masters). Libby ha aprendido a comprender el amorío de Bill y Virginia y a sí misma, pero, en esta ocasión, balanceará lo que empieza a parecer un matrimonio entre tres.
En la nueva temporada , Masters y Johnson presentan su estudio revolucionario a la comunidad científica y sopesan si enviarlo a publicación pronto o esperar un poco más. ¿Dudan de las posibles reacciones?
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“Sería irracional enseñar sexualidad y funcionamiento de órganos reproductivos sin conocerlos”, dice Virginia, muy convencida, antes de llevar el documento ante sus colegas.
No obstante, ella sabe lo que puede pasar: “Darwin se libró fácilmente comparado con lo que los críticos me harían a mí”, dice en el primer episodio. Son los años 60, todavía. ¿Una mujer estudiando a parejas que tienen sexo?
El repentino ascenso a la fama que vivirán Masters y Johnson trastocará su visión del sexo como objeto de estudio, pero también su relación.
Para Sheen, esa es la riqueza de crecer con un personaje. “Estaba interesado en alguien que persigue un sueño y una visión muy ambiciosos en un área que, al final, se trata de la vulnerabilidad ; aún así, con lo que tiene más dificultad es con su vulnerabilidad ”, comentó el actor a Deadline .
Quizás lo que puso en una situación tan peligrosa a Bill y a Virginia sea que se conocen demasiado bien. La revolución sexual se juega en su cama.