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¿Cuándo fue la última vez que escucharon de una comedia que trataba de nada pero que al mismo tiempo lo cubría todo? Si la referencia que recuerdan es Seinfeld es porque aún no han visto Master of None .
El 2015 fue un gran año para Aziz Ansari. Después de cerrar el ciclo de la serie Parks and Recreation en febrero, el comediante publicó a mitad de año Modern Romance (romance moderno) para exponer los cambios a los que se ha avenido al amor en la era de las aplicaciones y el sexo casual.
En esas páginas, Ansari respalda sus observaciones punzantes con investigación sociológica, disciplina que comparó con su propio trabajo de comediante en entrevista con NPR .
“La comedia trata sobre hacer observaciones que tengan resonancia con la gente y también sobre aprender el por qué la gente hace lo que hace”, dijo.
El tema dio para invitaciones a programas de entrevistas e incluso especiales de comedia, sin revelar que sus reflexiones tendrían continuidad unos meses más adelante.
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“Creo que hacer stand-up comedy te ayuda a desarrollar tu punto de vista”, aseguró el actor a la publicación The Daily Beast . “El siguiente paso lógico era tomar eso y convertirlo a un formato narrativo”.
En su serie de Netflix Master of None , Ansari asume el punto de vista de un veinteañero en la ciudad de Nueva York. Un papel que conoce de primera mano, porque no se aleja de sus propias experiencias.
Así da vida a Dev Shah un actor indio que no acierta en el amor, está desempleado porque los únicos roles que consigue le imponen un acento que no tiene (la famosa ese arrastrada tan familiar en Apu de Los Simpsons ) y no conecta con la herencia cultural de sus padres.
“Aprendiz de todo y maestro de nada” dice el refrán que inspiró la historia que creó con Alan Yang (guionista de Parks and Recreation ).
Tanto Ansari como Dev tienen mucho que aprender y decir sobre por qué las relaciones románticas fracasan; por qué los sacrificios familiares se convierten en anécdotas casuales o por qué los estigmas sociales son más estrictos con las mujeres promiscuas que con los hombres.
Sin embargo, si cada uno de los diez episodios de Master of None encierra alguna moraleja es que no hay ninguna. La vida de Dev sigue, la del espectador también.
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