A simple vista, la presencia de Kevin Reyes, mejor conocido como Soultwo, puede sugerir dureza o frialdad, pero basta con escuchar su historia para descubrir una profunda sensibilidad, una humildad genuina y una bondad que florece cuando decide abrir su corazón. Creció en Barrio Cuba, San José, envuelto en un entorno hostil y marcado por el cambio radical que supuso la condena de su padre a 50 años de prisión.
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El rap se le reveló como una vía de escape frente a la depresión que lo invadió en sus primeros años. Cuando toma un lápiz y plasma sus emociones en el papel, los problemas parecen disiparse. Este talento lo ha llevado a pisar escenarios internacionales y colaborar con quienes, en un inicio, fueron sus ídolos.
Detrás de sus tatuajes y de letras que oscilan entre la ira y el amor, hay un niño que lo perdió todo en un instante. En entrevista con La Nación, Soultwo se presentó como es: urbano y auténtico, adornado con joyas, un collar con la foto de un amigo que falleció como víctima colateral de la violencia, dos grillz brillando en su sonrisa y tatuajes que narran su historia.
Sin reservas, compartió la inspiración detrás de su camino y el trayecto que lo consolidó como uno de los exponentes más sólidos del rap en Costa Rica.
Infancia marcada por el contraste
Soultwo recuerda un pasado en el que lo tenía todo. Los primeros ocho años transcurrieron sin necesidades, en una escuela privada y rodeado de lujos poco habituales. La primera sacudida llegó con el divorcio de sus padres. Los problemas se intensificaron cuando su papá fue sentenciado a prisión, perdiendo el estilo de vida que conocían y enfrentando una nueva realidad.
“He sabido lo que es que alguien se pare en la puerta de mi casa a intentar atentar contra la vida mía y la de mi mamá”, reveló.
Obligado a mudarse a una vivienda más modesta, experimentó el acoso escolar desde la llegada a la escuela pública. Esta metamorfosis se reflejó en su música, como en 50 años, uno de los temas más fuertes de su álbum Forever. “Tengo panas descontando 50 años en prisión… Me rodea la escasez… no todo es como lo ves, es más oscuro el callejón”, expresa la letra. En ella aborda la superficialidad de las relaciones, el peso de la carencia y el estigma de ser hijo de un preso.
“Si tuviera que describir la canción en una sola frase diría que es la música del hijo de un preso (...). Es mi realidad y puede sonar difícil, pero es la realidad de muchas otras personas también”, mencionó.
“Pasamos a vivir una realidad totalmente diferente, éramos personas superacomodadas, y pasar de eso a que no haya comida, que corten la luz, que corten el agua…”, comenta al recordar ese punto de quiebre.
Vértigo emocional y resiliencia
La condena de su padre se vivió como un duelo en su familia. Las visitas al psicólogo y el bajo ánimo de su madre se hicieron habituales. “Todo mundo lo sufrió desde perspectivas diferentes”, agregó.
En la nueva escuela lo rechazaban por haber tenido comodidades, y en el colegio las agresiones verbales se transformaron en violencia física. Incluso recuerda haber estado encerrado en un baño mientras cinco compañeros lo golpeaban.
Cada herida, cada insulto, fue forjando una coraza; un ‘chaleco antibalas’ que a la vez le sembró dudas internas: “yo no valgo nada, no soy nadie, no importo en esta sociedad”, pesaba en ese entonces.
La combinación del ambiente hostil, la escasez y la ausencia de su padre lo sumió en una profunda depresión, llevándolo incluso a intentar terminar con su vida. Pero, a los 15 años, descubrió un don: transformar sus emociones en versos, creando piezas de rap que lograban expresar lo que cargaba en el corazón.
“Fue un proceso en el que encontré el lugar donde me sentía bien y feliz. La música me hizo sentir que valía algo (...), y luego pasó de ser algo que me gustaba a algo que me apasionaba y luego a algo que me daba de comer”, aseguró.
Reyes sostiene que “la cura de todos los males” fue perseguir su sueño, iniciado en la adolescencia. La música le exigió sacrificios y lo llevó a priorizar su sueño de impactar vidas, en especial las de quienes menos privilegios tienen y suelen ser olvidados por la industria musical.
Mientras algunos artistas glorifican lujos y ostentaciones, Soultwo dirige su música a quienes “la han tenido que pulsear” desde pequeños, aquellos que han debido alzar la cabeza ante la adversidad, a veces sin ganas, pero sin rendirse.
Vocación y dedicación a la música
Buscando el sueño de vivir de la música, se instruyó no solo en rap, sino en otros géneros, analizando incluso a figuras como Adele. Esta dedicación es lo que hace que sus presentaciones sean tan concurridas.
De forma autodidacta se introdujo en la composición, dominó ritmos, métricas y teoría musical, aprendió a manejar el MPC y desarrolló su propio estilo como beatmaker. “Nació desde la necesidad. Casi no había beatmakers (las personas que hacen los instrumentales), entonces yo quería aprenderlo (...). Empecé en una computadora, hasta que pude comprar mi propia caja de ritmos”, reveló.
Tal pasión lo ha llevado a componer más de 185 canciones, repartidas en ocho álbumes, 70 sencillos y un EP. Hoy, el rapero aficionado de antaño dirige su productora Mad Flava Worldwide y en Spotify ya supera los 35.000 oyentes mensuales. Su tema más popular, Combi Nación, bordea el medio millón de reproducciones y su música suma más de 10 millones de reproducciones en esa plataforma. En YouTube reúne 35.400 suscriptores y 12.8 millones de visualizaciones.
En medio de su éxito no olvida a su padre, quien continúa privado de libertad, aunque cumple su condena de manera distinta.
“Gracias a Dios mi papá, debido a que ahora es adulto mayor y por las complicaciones de salud en las que ha estado involucrado, ahora está descontando en un asilo de ancianos. Sigue estado preso, tiene pocas salidas a las semanas, pero por dicha ya no está en un centro penal”, compartió.
Así como atesora la memoria de las largas filas en la cárcel para visitar a su padre, también recuerda el encuentro con otras personas de su edad que atravesaban circunstancias semejantes.
“Si al final del día no soy yo el que habla de esto, nadie lo va a hacer”, manifestó.
Su realidad, dura y descarnada, le ha permitido conectar con seguidores que llegan a asegurar que frases suyas “les salvaron la vida”. Son numerosos los fanáticos que se han acercado a mostrarle tatuajes con su rostro o su nombre.
“Pasé de querer quitarme la vida a que algunas personas diga que se las salvé (...). Ese es uno de los mayores premios de mi carrera”, comentó. “Ahí es donde digo que la vida es bonita y que uno debería preocuparse demasiado por perseguir lo que sueña, lo que anhela y dejar de preocuparse por cumplir las expectativas de las personas”, reflexionó.
Decisiones para sobrevivir y trascender
Crecer en un ambiente tan hostil significaba para Soultwo la alternativa real de seguir los pasos de su padre en la criminalidad, pero el apoyo de su madre y la música lo llevaron por otra senda.
“Las personas que realmente conocen la calle, no quieren vivir en la calle, no quieren ser parte de la calle. Porque la realidad de la calle es muchísimo más extensa y densa de lo que creemos, o vemos por fuera, o vemos en los noticieros”, mencionó.
La música llegó de forma fortuita: ayudado por un amigo, Soultwo comenzó realizando freestyle, luego escribiendo, grabando y enfocando toda su energía en ese proyecto.
Con el crecimiento de su éxito, comenzaron los resentimientos en el barrio. “Al barrio no le gusta que usted esté bien. Si usted tiene algo, ellos van a querer ir por eso que usted tiene. La miseria, la pobreza y la necesidad traen la envidia y traen lo malo”, aseguró.
Por momentos, fue difamado por conocidos e incluso vio aparecer a amigos de la infancia en videos musicales de otros que lo criticaban. “Ahorita podría decir que hay un amor odio, hay mucha gente que me quiere mucho, pero hay mucha que no”, mencionó.
“Hay gente que me ha dicho que estaba metido en drogas, que trabaja en búnkeres y que luego vio que yo hacía música y que se podía, entonces ellos también empezaron a hacer música”, relató.
Reconoció que en algún momento experimentó envidia y resentimiento hacia quienes consideraba privilegiados, pero entendió que la clave está en trabajar duro y luchar por los sueños propios.
Logró independizarse en 2021. Su primer mes fuera de casa lo compartió con Martín Calderón, amigo y representante. “Yo soy grande y Martín era grande y ambos dormíamos en una cama individual”, recordó entre risas.
Después pudo ahorrar para vivir solo, enfrentando retos como pagar servicios, y aprendió a salir de su zona de confort. Tiempo después de mudarse, Martín falleció debido a una complicación en una cirugía.
“Lloré como nunca. Nosotros con el entendimiento humano no vamos a entender el entendimiento divino, pero sí fue un golpe bajo (...). Es una herida que no sé como sanar, para ser honesto”, admitió.
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El amor a través de la paternidad
Convertirse en padre a los 21 años le reveló a Soultwo el verdadero significado del amor. Aunque no ha podido compartir plenamente con su hija mayor por dificultades con su expareja, su vínculo con Zoeh, su hija menor, es profundo.
Zoeh llegó inesperadamente el Día del Padre de 2019 y, desde entonces, se ha convertido en su mayor fan, coreando sus canciones y apoyándolo en sus conciertos.
Conmovido, Soultwo reconoció que la pequeña “alivianó y sanó” muchas heridas internas. “A su vez vino a hacerme sentir papá (...). Viví todas las etapas una por una”, agregó, y reconoció que la paternidad le hizo valorar más el papel de las mujeres en la vida.
Recuerda también el trauma de descubrir que su padre no era lo que él creía; por eso, uno de sus objetivos es que su hija lo conozca y siempre lo vea como lo que realmente es. “Por eso me enorgullece mi música. Puede ser explícita, pero no estoy cantando estupideces, no estoy cantando cosas que no he vivido o que sean mentira”, mencionó.

El apoyo y el éxito construido paso a paso
La música de Soultwo ha cruzado fronteras y en sus redes sociales abundan los seguidores de países como México, Guatemala y Ecuador. En Costa Rica también siente un apoyo sólido y constante.
“La mayoría de veces yo he escuchado decir a los músicos que el apoyo en Costa Rica es nulo, o que es muy bajo, pero yo nunca he topado con esa realidad. A mí la gente me apoya y me quiere muchísimo”, aseguró.
Ha atravesado momentos de éxito y de obstáculos, pero sus conciertos siempre están llenos. “Nunca he sido el artista que ha estado de moda, o como decimos nosotros, el artista que ha estado pegado. Nunca he estado pegado, pero tengo años de no tener un concierto vacío, tengo años de que me sigue escuchando la gente, años de que he roto récords que yo ni me imaginaba que iba a romper algún día”, agregó.
Advirtió a quienes buscan el éxito rápido que es mejor construir paso a paso: “El éxito de la noche a la mañana es peor, porque de la noche a la mañana se va (...). Prefiero que sea poco a poco, sentir que estoy construyendo esa casa —por así decirlo— con una base sólida, a construirla de cristal en dos o tres días, para que a la primera pedrada alguien me la bote”, comentó.
La música le permite vivir, pero reconoce lo arduo del camino. “Al final del día solo hay dos opciones, o es usted el que toma esa tarea o esa tarea no la va a tomar nadie más. Yo tuve que hacer ese camino”, agregó.
En el amor asegura que no ha tenido mucha suerte, pero eso ha inspirado canciones relevantes para sus seguidores como LOVE, Sueños de Pobre y Noches frías. “Son temas que me gusta tocar, lo bueno y lo malo, porque de eso se trata la vida”, agregó.
En el proceso de composición puede tardar desde 15 minutos hasta meses, pero considera que es uno de los más rápidos del ámbito.
Recientemente, participó en un campamento de composición en México con el sello Rich Vagos. Ahí se dio cuenta de que tenía todo en juego, al ser el único artista internacional. Por eso se concentraba al máximo en las producciones y solía terminar de escribir antes que los demás. En la mayoría de las colaboraciones fue quien abría las pistas, ya que grababa primero.
Gratitud y futuro
Si pudiera hablarle al Kevin del colegio le enviaría un mensaje muy directo: “Le diría ‘usted sí vale algo aunque sienta que no y se va a dar cuenta por qué’”, dijo.
La música le ha permitido viajar, conocer culturas y colaborar con artistas que antes admiraba, como Papa J. Ruiz, con quien grabó Tears.
“Nunca en mi vida me esperé como músico que yo fuera a vivir las cosas que viví”, comentó. Admite que nunca imaginó llenar conciertos, cruzarse con seguidores que lloran al verlo o llevan tatuado su rostro.
“Jamás me hubiese esperado vivir estas cosas, la verdad, pero están pasando y estoy muy agradecido por eso”, añadió.
Como adelanto exclusivo, Soultwo compartió que tiene un álbum listo. Aunque ya está grabado y producido, el artista desconoce cuándo será el lanzamiento oficial. “Si tuviera que describir este álbum, diría que es como el álbum que a mí me hubiese gustado escuchar de Soultwo todos estos años”, finalizó.
