Aunque el 2018 es un año de celebración para Julio Iglesias, el cantante español vive en una fase de privacidad y discreción que aprovecha para reorganizar su millonario patrimonio y preparar sus memorias.
El año pasado, el europeo sugirió para este año una gira conmemorativa, debido a que en setiembre próximo cumple 75 años de edad y este año celebra medio siglo de carrera artística; sin embargo, a pocos días de culminar el segundo mes del 2018 su agenda sigue sin ninguna fecha de concierto prevista.
Según el diario español El País, el intérprete de Me va, Me va o De niña a mujer pone en orden todo alrededor suyo antes de saltar nuevamente a los escenarios, y lo hace con una discreción tal que, la última vez que se dejó ver, fue en una fotografía que compartió en Instagram el 11 de enero, en la que aparece en su mansión de Miami junto a su perro labrador en un carrito de golf.
“Está poniendo en orden su fortuna, calculada por la revista Forbes en $850 millones y que incluye un fastuoso patrimonio inmobiliario que el cantante estaría reorganizando. Según algunos medios, el artista estaría liquidando inversiones que tiene en República Dominicana”, dice la publicación española.
Casa en Panamá
La prensa especula que Iglesias antepuso, momentáneamente, sus inversiones a su carrera musical y habría decidido vender su participación en urbanizaciones, hoteles y campos de golf y quedarse solo con un cinco por ciento del aeropuerto del paseo turístico, negocios que posee como socio del Grupo Punta Cana, en esa isla.
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“Aunque mantiene su casa de Punta Cana, donde pasa la mayor parte del tiempo, estaría en busca de otra mansión en Panamá, cuyo clima soleado, seguridad, servicios y ventajas fiscales han atraído ya al cantante Miguel Bosé y a sus cuatro hijos”, agregó El País.
El alejamiento de Julio Iglesias no respondería a ningún mal de salud. Beatriz Parga, periodista amiga del cantante, dijo a ese periódico: “Le está dedicando mucho tiempo al libro (de sus memorias) y dice que todo lo que la gente quiera saber de él lo va a encontrar ahí. Yo creo que está en una etapa de tranquilidad, gozando de su familia. Él ya conquistó todo lo que quiso y no le queda sueño que alcanzar en lo personal o en lo profesional. Sus problemas de espalda, que le llevaron a cancelar conciertos hace dos años y que tanto le venían atormentando, han disminuido. Hablamos hace poco, me dijo que está como un roble”.
A Iglesias, considerado uno de los mejores cantantes de baladas en español, el público lo sigue esperando con ansias en todas las latitudes; no por nada el músico hispanohablante ha vendido más de 350 millones de discos, ha ofrecido más de 5.000 conciertos y ha reunido a más de 60 millones de personas entre todas sus presentaciones.
“(Julio) necesita cantar, viajar y recibir aplausos como el comer”, dijo al mismo periódico su exmánager Alfredo Fraile apaciguando las aguas de un silencioso retiro de Iglesias.