Han pasado tres meses desde que la cantante costarricense Carolina Paniagua decidió empacar maletas y comenzar un nuevo capítulo en su vida. La artista se mudó a Nueva York, Estados Unidos, buscando nuevas oportunidades en el mundo artístico.
La decisión no fue sencilla, pues debió dejar muchas cosas en Costa Rica: su familia, la estabilidad que le daba su trabajo, su emprendimiento de chileras Ave Fénix y su plaza como cantante de la agrupación Taboga Band, en la que era vocalista desde hace unos años.
Sin embargo, Paniagua estaba segura que necesitaba un cambio. La recuperación de un derrame cerebral que sufrió en octubre del 2020 se estaba tornando un poco lenta y necesitaba algo que la sacara de la monotonía.
“Yo necesitaba un cambio para mi recuperación. Necesitaba ese escape, esa nueva fuerza para poder recuperarme bien, porque con la situación económica, la situación país y el hecho de no estar trabajando en lo que a uno le gusta, hace que uno se sienta estancado. Yo no sirvo para sentirme estancada, entonces, tomé esta decisión para mejorar”, afirmó Paniagua.
El derrame cerebral que sufrió Paniagua le provocó pérdida de movilidad en el lado derecho de su cuerpo. La artista usaba bastón, casi no podía cantar debido a una parálisis en el rostro y el brazo, prácticamente, no podía moverlo.
Poco a poco Paniagua comenzó a recuperarse, pero el destino le tenía preparada otra dura prueba. Tan solo unas semanas después de haberse instalado en Estados Unidos, la cantante volvió a sufrir otro derrame cerebral.
Estuvo internada en el hospital Stony Brook, en terapia intensiva, mientras los especialistas probaban qué tratamiento le hacía efecto. Finalmente encontraron una inyección que le ayudaba a regenerar y a eliminar los trombos.
“Fue como mágico, porque yo estaba internada y monitoreada como un robot. De repente había una ventana muy pequeña para poder aplicarme esa inyección, porque de seis personas a quienes se la aplican, tres sobreviven, dos quedan con parálisis pues no les hace nada el tratamiento y una muere. Lo que hace el tratamiento es que pasa por todas las venas y arterias, regenerando. A mí me funcionó bien”, asegura.
Dicho derrame le volvió a provocar secuelas. Una vez más, el lado derecho de su cuerpo dejo de funcionar. Sin embargo, la evolución que tuvo con las inyecciones fue tal que a los días de haber salido del hospital le dieron de alta y ahora solamente asiste a citas de control.
Además, Paniagua pudo volver a mover su brazo, dejó el bastón para caminar y en su rostro ya no tiene parálisis.
“Los coágulos se diluyeron y no tuvieron que operarme ni nada. Lo logré con las terapias que me daban todos los días en la casa... puedo decir que esto fue un milagro, porque a como yo estaba fue solamente eso: un milagro. Yo creo que un Ave Fénix es lo que a mí me caracteriza”, agrega.
Prueba de ello, es que pasó de tomar 14 pastillas diarias a solo dos medicamentos por día.
Nuevos aires
Desde su mejoría todo ha ido viento en pompa. Paniagua ha retomado la música, ha participado en varios conciertos y planea trabajar con grandes productores.
“Estoy trabajando con el productor Luigi Flores, en Miami. También estoy rodeándome de bastante gente de acá, básicamente con productores muy buenos y con profesionales que le han grabado Marc Anthony, a Celia Cruz y a Don Omar”, detalla.
Además, Paniagua ha estado en varios conciertos con costarricenses y, además, cantando en un crucero por el río Hudson.
Aunque la cantante reconoce que no está a su 100%, trata de hacer a un lado sus molestias o dolores físicos para poder seguir con su vida con normalidad.
“Obviamente el músculo se cansa, me tiembla, pero yo, por ejemplo, ya me puse tacones y ya ahora los tolero durante toda la presentación. Y es que yo tenía alrededor de dos años de no poder usar tacones. Y sí, me tiembla la pierna, pero yo trato dejarlo pasar y lo que hago es que apenas termino, llego al carro, me pongo sandalias y ya no pasa nada”, narra.
Una de sus grandes motivaciones es su prometido Gilberth Quirós, un costarricense quien reside en territorio norteamericano y quien la ha impulsado para salir adelante.
Carolina asegura que sin Quirós no sabe qué hubiera hecho o dónde estaría. Según ella, él la ha acompañado en su proceso de salud, así como en el ámbito laboral. Ambos residen en la zona de Long Island.
“Aparte de mi fe inquebrantable y de toda la voluntad que yo tengo, creo que la fuerza del amor y el cambio de lugar en el que vivo, me ha impulsado a seguir adelante. Mi pareja ha sido mi apoyo incondicional, porque de una otra forma él me empuja y yo estoy muy feliz de esta nueva etapa en mi vida”, afirma.
Además de la música, Carolina trabaja en sacar los permisos para poder vender sus chileras de la marca Ave Fénix en Estados Unidos y emprender con su propio negocio. Asimismo, mantiene su programa en Facebook Tips al aire, el cual se trasmite todos los miércoles.