Luego de una presa del demonio en el oeste de la ciudad, cientos de fans se libraron del mal sabor de boca cantando las tonadas universales del cuarteto mexicano más querido del mundo: Café Tacvba.
La agrupación se presentó anoche en el Gimnasio Nacional, en La Sabana, como parte de las celebraciones de Warp Weekend, de la revista Warp Costa Rica, junto a las bandas costarricenses Cocofunka y 424.
Su presentación arrancó con Pájaros , tema que abre su más reciente álbum, El objeto antes llamado disco , lanzado a finales del 2012 y el culpable de la gira internacional que trajo a la banda de regreso a Costa Rica, tras cuatro años de ausencia.
No más empezando la noche, el Gimnasio se convirtió en un gran baile y en un jolgorio romántico con la tocada de El baile y el salón , indiscutiblemente una de las canciones de amor más globales que ha parido el rock latinoamericano. Una pequeña introducción del cantante Rubén Albarrán amarró el clásico con Cómo te extraño mi amor , aquel bien jalado cover que tienen los mexicanos del himno de Leo Dan.
Y así, tan sencillo, fue como Café Tacvba se trajo abajo y arriba al recinto, que ya para las 9:30 p. m. estaba a un 75% de su capacidad.
Los nacionales. Antes de que Albarrán y compañía arrancaran su mezcla musical, dos populares agrupaciones costarricenses cobijaron a los asistentes. Se trató de 424 y Cocofunka, que aprovecharon para catapultar sus más recientes álbumes: Oro y Hacer ecoo , respectivamente.
La banda 424 abrió la noche con la canción Soñábamos , que, con su introducción extendida, es capaz de abrazar a cuanto ser humano se coloque frente a las tablas. El público se sumergió en su mundo de pop alternativo escondido entre decenas de capas electrónicas y ambientales.
Temas como Ánimo y Gala fueron coreados y aplaudidos por cientos de fanáticos que se ubicaban en el Gimnasio Nacional a eso de las 8 p. m., mientras otros tantos apenas ingresaban al recinto.
La participación de 424 llegó a su final con una espléndida interpretación de Verano verde , en la que el grupo aprovechó los minutos finales para conjugar ruidos, distorsiones y percusiones que movieron almas.
Por su parte, Cocofunka le dio rienda suelta a su fiesta de fusión de ritmos con Mundo , siguiendo con Elevarse , sencillo que el grupo presentó un par de años atrás.
Cocofunka gozó de una mayor cantidad de público, aunque este parecía querer reservarse bailes y movimientos para la estelar de la noche.
Antes del concierto, hubo pocos fans en las afueras del Gimnasio. A pesar de esto, los fieles seguidores aseguraron que disfrutarían del espectáculo... y así fue.
María Chacón, de 36 años, dijo: “Es un concierto casi que personalizado”. Pablo Gutiérrez, de 32 años, lamentó la baja asistencia y afirmó “Falto que lo dieran a conocer más”.
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