
Fefi, influencer costarricense, viajó recientemente a Alemania y en el vuelo de regreso a Costa Rica decidió “declararle su amor mediante una carta”, como ella misma dijo en tono de broma, a una azafata.
Eso sí, la tarea no fue ni mucho menos fácil, pues la creadora de contenido reconoció que usualmente no tiene el valor para hacer estas cosas.
Sin embargo, dejó atrás los miedos y preparó un papel en el que le decía a la sobrecargo que le parecía muy bonita y que, aunque no sabía si tenía alguna oportunidad, prefería no perderla, porque “la vida se trata de tomar riesgos”.
“Yo dije: ‘¿Sabe qué? Tengo que arriesgarme un poquito, a esta mae de fijo no la voy a volver a ver porque es del otro lado del charco y quién sabe’“, expresó la joven.
Además, durante el largo trayecto aéreo, la asaltaron las dudas y se debatió intensamente cuál sería el momento indicado para hacerle llegar su mensaje.
“Eran 16 horas de vuelo. Entonces, ¿se la entrego al principio y estoy encerrada en una cápsula de aluminio en el aire que recorre todo el planeta, básicamente, y me quedo encerrada con ella y me rechaza? O no sé. Además, ella está trabajando, está estresada, no sé qué hacer, si entregárselo al final", relató.
“¿O se lo entrego a la amiga y que la amiga se lo dé a ella? ¿Qué hago? Todo eso, durante las 16 horas, pasé pensando", añadió.

Sumado a esto, aseguró que compartía vuelo con un grupo de estudiantes de un colegio, quienes estaban muy inquietos. Coincidentemente, ella vestía una camisa del mismo color del uniforme de la institución, lo que, considera, no le jugó a favor.
“Las azafatas, tal vez, ya estaban hartas de los chiquitos y entonces les pasaban dando chocolates o cosas. Entonces, a mí ya también llegaban y me lo daban. Yo no sé si pensaron que yo también era una chiquita del cole... ¡Claramente no!, tengo tatuajes, pero parecía que estaba en el crew (grupo)”, explicó.
Según su relato, se levantó varias veces de su asiento con la intención de entregarle el papel, pero acababa pidiendo agua, refresco u otra cosa y volvía a sentarse.
Hasta que, en un golpe de confianza, decidió que era la hora. Pero aquel arranque se vio truncado, pues afirma que una mujer tuvo un problema de salud en el pasillo del avión.
Ante esto, esperó a que la situación se calmara y que a las azafatas se les bajara la tensión del momento. Ahí, nuevamente, se dirigió a cumplir su tan esperado comedido.
No obstante, encontró a la sobrecargo comiendo y, debido a los nervios, no atinó más que a pedirle una pastilla para el dolor de cabeza.
“No tuve el valor de darle la nota, otra vez. Pero la mae ahora estaba pendiente todo el vuelo, al que le faltaban como cinco horas, de cómo yo seguía”, detalló.
Finalmente, cuando estaba por salir del avión, ya en suelo tico, le entregó el papel. La azafata lo recibió extrañada y la influencer “salió corriendo”, sin explicarle nada.
“Mi vida amorosa es un chiste, porque yo se lo entregué y aquí sigo esperando. Después de cuatro días sigo esperando a tener la solicitud de Instagram de la mae o que me llegue un mensaje de un número de Alemania. Yo me rindo, yo me rindo”, concluyó.
