Cuando se trata de los enredos de la realeza europea, los chismes son mucho más que una excusa para la conversación del café de la tarde.
Ya se ha comprobado cómo los rumores que gravitan en torno al linaje real suelen ser verdad y el nuevo caso de esta tendencia es la relación entre el Príncipe Enrique de Inglaterra y su hermano Guillermo pues, desde hace meses, se habla sobre la ruptura de los llamados “Fabulosos Cuatro” (completados por sus esposas, Catalina y Meghan).
El príncipe Enrique ha dicho que él y su hermano mayor están en “caminos diferentes”, aunque niega la existencia de una relación tensa entre ambos. La confesión se dio en el documental Harry y Meghan: una jornada en África, una producción de la cadena ITV. “Parte de este papel, parte de este trabajo y esta familia bajo la presión que está, inevitablemente suceden cosas”, dijo Enrique.
Al parecer el drama deviene de la actitud de Guillermo, quien expresó su preocupación por la relación de Enrique con Meghan al principio de su noviazgo. Por tanto, Enrique y Meghan abandonaron el Palacio de Kensington y se mudaron a Windsor a principios del año.
LEA MÁS: ¿Se rompió el hechizo? Meghan Markle enoja a los británicos por sus 'actitudes de diva'
“Somos hermanos, siempre seremos hermanos. Ciertamente, estamos en diferentes caminos en este momento, pero siempre estaré allí para él y, como sé, él siempre estará para mí. No nos vemos tanto como antes porque estamos muy ocupados, pero lo amo mucho", afirmó.
Meghan rompió el silencio.
En la misma entrevista y con lágrimas en los ojos, Meghan Markle admitió que este año fue “difícil” para ella, debido a la presión mediática que recibió en la etapa de su embarazo y el nacimiento de su hijo Archie, hace seis meses.
"No hay mucha gente que haya preguntado cómo estaba yo", lamentó Meghan, de 38 años, visiblemente afectada.
LEA MÁS: Diseñadora tica ignora como una de sus carteras llegó a Meghan Markle
“Cuando conocí al que iba a ser mi marido, mis amigos estaban realmente contentos porque yo era feliz, pero mis amigos británicos me dijeron: ‘estoy seguro que es genial, pero no tendrías que hacerlo (casarse) porque los tabloides británicos destruirán tu vida’”, explicó.
Tanta ha sido la presión, que la pareja anunció una ofensiva judicial contra varios diarios sensacionalistas británicos por publicar sin autorización una carta de Meghan a su padre, con quien mantiene una mala relación, y haberlos sometido a presuntas escuchas telefónicas.
Tras su boda, la prensa británica había dado una muy buena acogida a Meghan, pero poco después la estadounidense fue objeto de críticas por su supuesto comportamiento difícil, hasta el punto de ser apodada la “duquesa caprichosa”.
Como primer miembro mestizo de la familia real británica, Meghan, que tiene entre sus ancestros a esclavos que trabajaban en las plantaciones de algodón de Georgia, fue también objeto de ataques en las redes sociales por sus raíces afroamericanas.
“Desgraciadamente mi mujer se ha convertido en una de las últimas víctimas de la prensa sensacionalista británica que lleva a cabo campañas contra individuos sin pensar en las consecuencias”, denunció Enrique.
Y aseguró que su esposa está siendo acosada por los medios como lo fue su madre (la princesa Diana), que murió en agosto de 1997 en un accidente de auto en París cuando era perseguida por un grupo de paparazzis.
A la defensiva
El director de Harry y Meghan: una jornada en África, Tom Bradby, relató al diario The Times haber encontrado a la pareja “maltrecha, un poco a la defensiva” y “a veces totalmente superada” por la presión.
Los lamentos de Enrique y Meghan, mientras visitaban un continente como África donde la vida no es fácil y cuando el Reino Unido se desgarra por el Brexit, les valieron fuertes críticas.
“Si la vida real es tan insoportable e intolerable, tal vez deberían renunciar a sus funciones”, afirmaba la periodista Jan Moir en el Daily Mail.
Mientras su colega Camilla Tominey, del Daily Telegraph, señaló que el 2019 empezaba a “parecer un annus horribilis” para la familia real, comparando el documental de ITV con una conmocionante entrevista que Diana dio la BBC en 1995, poco antes de su divorcio.