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El príncipe Felipe conversa con su nieto el príncipe Enrique durante un acto oficial celebrado en Londres en 2012. Enrique llegó este domingo a la capital inglesa para asistir al funeral de su abuelo. AFP (JOHN STILLWELL/AFP)
El príncipe Enrique llegó este domingo a Londres para asistir al funeral de su abuelo, el príncipe Felipe de Edimburgo, según confirmaron medios como Entertainment Tonight y The Mirror.
Esta es la primera vez que el hijo menor de Carlos y Diana está en la capital inglesa en más de un año, tras retirarse de la vida real y mudarse a Estados Unidos con su esposa, Meghan Markle, y el hijo de ambos, Archie. Tras una breve estadía en Canadá, el matrimonio se afincó en California.
Markle no viajó a Inglaterra por recomendaciones médicas ya que se encuentra en estado de embarazo. La exactriz tendrá una niña a finales de la primavera.
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El funeral se realizará este sábado 17 de abril en una ceremonia privada y televisada. Se tiene previsto que Enrique y su hermano mayor, Guillermo, caminen juntos detrás del féretro de Felipe, quien falleció este viernes a los 99 años.
Crisis familiar
El retorno del príncipe Enrique a Londres, con motivo del sepelio de su abuelo, alienta la esperanza de una reconciliación familiar después de que el hijo menor de Carlos de Inglaterra se mudara a Estados Unidos.
La muerte de Felipe llegó un año después de la sorprendente partida del príncipe Enrique y su esposa Meghan, a América. Además, el deceso se dio un mes después de una polémica entrevista a la televisión estadounidense, en el que la pareja dejó muy mal parada a la realeza.
En ese sentido, el funeral podría suponer una oportunidad para estrechar lazos y curar heridas, según apuntaba este domingo la prensa británica.
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El funeral se celebrará el sábado en el castillo de Windsor, al oeste de Londres y estará restringido al círculo familiar a causa de la pandemia. Solo podrán asistir 30 personas, entre las que deberían incluirse los cuatro hijos de Felipe e Isabel II (Carlos, Ana, Andrés y Eduardo), sus parejas y sus hijos.
Dolor compartido
The Duke of Edinburgh's personal interest in wildlife and bird-watching began as HRH travelled across the Southern Pacific Ocean in 1956, where he would identify and photograph the native seabirds, including Adelie penguins in Antartica.
— The Royal Family (@RoyalFamily) April 11, 2021
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El exprimer ministro John Major dijo a la BBC que “esperaba” que las “fricciones” se calmaran “lo más rápidamente posible”, considerando que el “dolor compartido [...] representa una oportunidad ideal”.
Durante una misa conmemorativa en la catedral de Canterbury, en el sureste de Inglaterra, este domingo, el arzobispo Justin Welby instó a orar por la familia real.
"Para la familia real, como para cualquier otra, no hay palabras que puedan llegar a la profundidad del dolor en el que se convierte el duelo", declaró Welby.
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El príncipe Carlos, de 72 años, aseguró el sábado que tanto él como la familia real extrañan “enormemente” a su padre, al que describió como una “persona muy especial”.
El próximo sábado, Enrique y Guillermo seguirán a pie el ataúd de su abuelo hasta la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, donde se celebrará la ceremonia, lo cual recordará a las imágenes de los dos hermanos, acompañados de su padre, caminando detrás del de su madre, Diana, tras su muerte en 1997.
“Ambos son plenamente conscientes de su historia común y sin duda recordarán el impacto que su abuelo ha tenido en sus vidas. En una ocasión como esta, en la que los hermanos se unen en el dolor, hay esperanza de que tomen un nuevo giro”, declaró una fuente de la monarquía al tabloide The Mirror.
Rebajar tensiones
Con su entrevista a la cadena CBS, “la intención de Enrique nunca fue herir a sus abuelos, solo explicar porqué eligió apartarse”, le defendió la columnista Bryony Gordon en el diario The Telegraph.
En ese sentido Enrique volverá a ver a su padre, con quien la relación se ha enfriado. Según dijo en la entrevista, el príncipe Carlos incluso estuvo un tiempo sin contestarle al teléfono.
Pero que las tensiones se rebajen “dependerá de Enrique”, apuntó este domingo Tom Bower, autor de una biografía del príncipe Carlos, en el diario The Sun. “Si llega con una actitud guerrera, seguro de tener la razón [...] podría sellar un divorcio permanente con su familia”.
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