¡Ay Rosalinda, qué linda se veía! Minutos antes de que comenzara el tradicional Tope de Palmares, a la yegua, de raza criolla costarricense, la estaban acicalando, cortándole un poco el pelo y poniéndola coqueta para que desfilara con elegancia en el recorrido equino.

El lomo de Rosalinda estaba preparado para soportar a una completa desconocida. Su dueño cobró ¢50.000 para que la yegua la llevara por un paseo de aproximadamente 2,8 kilómetros.
El animal, de nueve años, era uno de los que estaban disponibles para que los llamados “jinetes a pie” lo alquilaran y así participar de la edición número 30 del tope, que se llevó a cabo la tarde de este jueves, por las principales calles del cantón alajuelense.
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Como Rosalinda, cerca de 2.700 caballos mostraron sus mejores trotes por ese trayecto, según datos de la Asociación Cívica Palmareña, y bajo la mirada y el cuidado constante del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), que sirvieron para el entretenimiento de miles de personas que disfrutaron de una tarde calurosa, de excesos y fiesta.
Palmares es así: sus fiestas cívicas son por excelencia un centro de reunión que atrae a un público variopinto en gustos, clases sociales y edades. Un lugar que durante 11 meses es un oasis de tranquilidad, pero que se transforma, al menos durante el tope, en una especie de discoteca al aire libre, sin muchas restricciones.

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Con la excusa de ver hermosos ejemplares de razas como los impresionantes frisones o los coloridos criollos, se aglomera una multitud que se despoja por algunas horas de sus inhibiciones y aprovecha para enfiestarse.
Con cada metro recorrido por los caballos, los olores se combinan, lo mismo que la música, la ropa, los piropos y las escenas graciosas.
En un trayecto corto, se pasa de percibir un aroma a carne asada al aire libre, al obvio olor a boñiga, combinada con cerveza añeja y calentada por el sol.
Los sonidos son atrayentes para muchos y tratan de conseguir que la asistencia se contagie con ganas de bailar. Lo mismo suena La gozadera , de Gente de Zona y Marc Anthony, que El rey de Vicente Fernández, o las quemadísimas en verano: Picky , A caballito de palo o Bajito .
Al finalizar el festejo, el paso de los animales seguía intacto, no así los ánimos de la concurrencia y de los jinetes, quienes lejos de bajar las revoluciones más bien se ponían más eufóricos.
Senasa reportó pocos casos de maltrato animal, excepto el suceso de un caballo que no participaba de la actividad y murió tras caer en un hueco de tres metros en la calle. La Policía confirmó que detuvo a 15 personas por robo y alteración del orden público.
