Sesenta y cinco millones de años después de que el último dinosaurio desapareciera de la Tierra, ocho de esos especímenes cobran vida en el Centro Costarricense de la Ciencia y la Cultura (sede del Museo de los Niños).
La antigua Penitencia Central, en San José, se volverá una especie de pequeño Jurassic Park –sin el peligro de ser devorado– debido a la exhibición La invasión de Mundosaurio . Se trata de una muestra con ocho dinosaurios animatrónicos de diferentes tamaños, tres réplicas de fósiles y cuatro dispositivos interactivos de realidad virtual.
Abrió sus puertas al público este jueves y se mantendrá hasta el 18 de octubre en el primer piso de la Galería Nacional (también en el Museo de los Niños). Camino a la exposición, desde el ingreso al llamado Castillo de los Sueños, los visitantes sentirán los aires de la Prehistoria.
La exhibición, que toma como referencia los grandes parques temáticos estadounidenses, invita al espectador a adentrarse en el mundo de los dinosaurios por medio de los animatrónicos –sus enormes dimensiones, movimientos y sonidos–, proyecciones en las paredes, humo, pequeñas cápsulas informativas y hasta la posibilidad de interactuar con los animales.
De todo tipo. Al visitar la Galería Nacional, el curioso encontrará desde dinosaurios que se han hecho famosos en películas de Hollywood hasta especímenes herbívoros, menos populares, pero siempre atractivos.
Por ejemplo, hallará al imponente Carnotaurus , un animatronic (animal automatizado) de 4,5 metros de largo de este carnívoro con cabeza pequeña y cuernos. Su reproducción –más pequeña de lo que fue este dinosaurio– mueve constantemente la cola, párpados, boca y cabeza con la ayuda de siete motores.
Se exhiben también el Velociraptor , el Muttaburrasaurus , el Oviraptor , el Parasaurolophus y el Pachycephalosaurus , la mayoría con sus dimensiones reales.
Los ejemplares están distribuidos a lo largo de siete salas, en las cuales se recrean el nacimiento, la sobrevivencia y la extinción de los dinosaurios. Las teorías apuntan, sobre todo, a que desaparecieron tras el impacto de un cometa o asteroide en la Tierra o a causa de una enorme erupción volcánica.
Cada espacio fue diseñado con sonido envolvente e independiente, con los rugidos de la especie representada e iluminación y video mapping en 360° (técnica que proyecta imágenes sobre superficies reales inanimadas para conseguir efectos de movimiento) con su hábitat durante el día y la noche.
En cuanto a los fósiles que verá, destaca el de un animal marino que convivió con los dinosaurios en la Era Mesozoica. Las otras réplicas de fósiles son una pata y la cabeza del Tiranosaurio Rex –sí, del tamaño real–.
Estas piezas se instalaron en un espacio llamado Selfiesaurio , en el cual los asistentes podrán hacerse un autorretrato. Ahí mismo, habrá venta de recuerdos.
Sin duda, una atracción que encantará a muchos serán los dispositivos de realidad virtual, pues le permitirá al público interactuar con un dinosaurio carnívoro y un herbívoro.
¿Lo mejor? Los animales responderán a los movimientos humanos según sus instintos.
Caminar entre estos gigantes costará ¢3.000, precio que incluye también el recorrido por el Museo de los Niños. Estará abierta de martes a viernes, de 8 a. m. a 4:30 p. m., y los sábados y domingos, de 9:30 a. m. a 5 p. m.
Sin duda, este mundo de dinosaurios será toda una experiencia. Y, ¡cuidado!, en los pasillos y salas podría encontrar libre a una sorpresa prehistórica.
