Romina Azzigotti retocaba la pintura en uno de los zapatos que un acróbata usaría horas después en la función del martes 20 de febrero del Cirque du Soleil.
Más al fondo, Karla Rodríguez reemplazaba las mallas transparentes en el traje de una de las artistas. Las piezas habían cedido por su uso constante y ya no lucían tan perfectas como deberían estar.
En otro cuarto, a poquísimos metros de distancia, Federico Bru comenzaba a peinar las 27 coloridas pelucas que cada estrella del circo usaría en los distintos números del show.
Azzigotti y Bru –ambos argentinos– y Rodríguez –costarricense– son los asistentes de vestuario del espectáculo Sép7imo día-No descansaré, que la compañía canadiense presenta en el país desde el 14 hasta el 25 de febrero en la Hacienda Espinal.
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Los tres trabajaban cuidadosamente en uno de los principales detalles del espectáculo: el vestuario, responsable en su mayoría de provocar la magia y la fantasía en el ojo de la audiencia.
Viva tuvo acceso a conocer más de cerca los secretos que se resguardan tras bambalinas de una de las compañías circenses más apetecidas del mundo y de un espectáculo que ha obtenido revuelo en Latinoamérica: el Sép7imo día-No descansaría es un tributo a los argentinos de Soda Stereo.
“En este show todo está inspirado en Soda Stereo, desde el vestuario que incluye detalles que ellos mismos han usado (la agrupación), como tapas de discos o cosas de la época. Hubo un trabajo arduo del Departamento de Creación de Vestuario para adentrarse en el mundo de Soda Stereo”, comentó Agostina Obeid, publicista del Circo del Sol.
El desafío para los diseñadores fue recrear en piezas indumentarias a un grupo icónico de latinoamérica con el que no necesariamente se sentían identificados o conocían a profundidad. Los responsables del vestuario de Sép7imo día-No descansaré son canadienses.
“Fue el reto de meterse en este mundo y de recrear piezas que fueran fiel a la cultura y al fan de Soda Stereo, porque es el fan el primero que te va a venir a decir ‘eso no era sí’. El vestuario es fundamental en este show, todo es puro color y cada pieza tiene detalles del rock de los 80”, afirmó Obeid.
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En la casa matriz de la compañía se creó cada pieza y en Argentina se encargaron de darle los detalles finales a la confección.
“Los detalles finales se terminaron en Buenos Aires, pero las réplicas o copias vienen con las indicaciones de cómo se deben armar”, contó Obeid.
Es decir, cada traje llega íntegro y cada artista dispone de dos para las funciones regulares. Adicional, cada acróbata tiene otros tres o cuatro trajes de backup en caso de que uno de los dos que están “activos” sufran daños mayores a las reparaciones que se hacen en el lugar.
A esas reparaciones ellos la llaman mantenimiento y a eso se suman las correcciones que hacen en brillo, pintura o peinados.
“Los trajes se lavan todos los días y tienen que estar siempre perfectos”, comentó Agostina Obeid.
Las piezas están confeccionadas en telas sintéticas para facilitar la limpieza de las mismas y en tejidos sublimados en “ambas caras” para facilitar el trabajo acrobático de las estrellas (hacerlos menos pesados).
Después de cada show, el vestuario de los artistas pasa a un centro de lavado que hay backstage con lavadores industriales especiales. Posterior a ello, Romina y Karla realizan las sustituciones o el mantenimiento necesario.
Casi siempre Karla se encarga de la parte de costuras, mientras que Romina en la parte estética: brillo, color y detalle, tanto de las piezas indumentarias como del calzado, que guarda su propio misterio.
Hay dos tipos de calzado que usan los acróbatas del Cirque du Soleil: los del espectáculo en vivo y los que visten en visitas a las prensa, patrocinadores o jornadas especiales donde estarán departiendo con la audiencia.
Los primeros son zapatos con suelas más ligeras y generalmente “vestidos” con fundas o pintados con acrílico y aerógrafo; los otros, son pares de zapatos que guardan la misma apariencia, en términos generales, a los que se usan en las funciones, con la diferencia de que cambian en cuanto a los materiales con que fueron confeccionados: las suelas son altas y pesadas, las aberturas de los cordones son metálicos y no pintados de plateado, entre otros detalles.
“Todo aquí es una combinación entre moda y utilidad. Todo tiene un brillo por sí mismo y siempre lo que buscamos es que todo se vea de la mejor manera posible, para ello hay que trabajar con algunos secretos”, agregó Agostina Obeid.
Maquillaje y pelucas
El mismo efecto de encanto que hay en el vestuario se complementa con el maquillaje, las pelucas y los tocados.
Aunque parezca sorprendente, no hay maquillistas en el show Sép7imo día-No descansaré del Cirque du Soleil. El diseño del maquillaje del espectáculo lo concibió una argentina quien realizó catálogos con el paso a paso de cómo debe lucir cada personaje durante el show.
Ese manual es el que utiliza cada artista para “darle vida” a su rostro. En el área de camerinos, cada actor del Cirque du Soleil tiene su espacio con espejo, brochas, polvos, gomas especiales para pegarse desde cejas hasta pestañas, y cosmetiqueras.
En promedio, cada artista dura cerca de 30 minutos en maquillarse y generalmente ese proceso es el último que se realizan previo al show.
Las pelucas es otro mundo de fantasía en el Cirque du Soleil. Cada una fue confeccionada con material sintético por una diseñadora argentina.
Federico Bru es quien le da mantenimiento a esas piezas que se ubican en casilleros diferenciados antes y después de peinadas.
“Lo más difícil de trabajarlas es hacerlo al detalle y que se sostengan con el tiempo. Con mi trabajo yo les ofrezco seguridad a ellos en sus acrobacias y también que se luzcan y que se vean bien”, dijo Bru.
Para garantizar que cada peluca permanezca sobre la cabeza del acróbata en todo el show, las piezas cuenta con una máscara interna sujetada a la base de la extravagante peluca, con tiras que se ajustan al cuello, a la medida de cada artista.
Agostina Obeid dijo que todos esos detalles inciden en que el espectáculo y los artistas ofrezcan lo mejor de sí a un público que, generalmente, está extasiado con cada número que llega a escena.
