En horas de la mañana de este jueves falleció la escritora Mabel Morvillo, quien desde el año 1978 llegó a Costa Rica procedente de Buenos Aires, Argentina, para dedicarse al fortalecimiento de la literatura de nuestro país.
Ampliamente reconocida por su trabajo como cuentista para niños y su labor como editora, Morvillo murió a las 72 años, luego de un cáncer que le fue detectado hace algún tiempo y de un derrame cerebral que sufrió hace año y medio. Sus amigos confirmaron a La Nación que sus honras fúnebres se realizarán este jueves, a partir de las 6 p. m., en la Funeraria Montesacro en Los Yoses, y la misa será este viernes a las 11 a. m., en la Iglesia de San Pedro de Montes Oca.
Morvillo fungió como directora editorial de Farben Grupo Editorial Norma, tuvo a su cargo la edición y coordinación de proyectos en Costa Rica, Centroamérica y el Caribe, lo que le permitió abrir los espacios a jóvenes escritores y que existiera una mayor diversidad en las publicaciones de nuestro país.
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“A mí me tocó conocerla cuando era la directora de esta editorial, así que me tocó trabajar con ella en distintos libros para colegio. Eran muy lúdicos y creativos, pero, posteriormente, editó un par de libros míos y era de una acuciosidad y detalle de otro mundo, además de una enorme pasión por darle forma a los borradores que se le presentaban”, recordó la escritora María Lourdes Cortés.
Otra las características que rescató la autora es la capacidad que tuvo Morvillo de descubrir personas y editarlas para que se convirtieran en escritores reconocidos por su talento, y entre los que destacan Fernando Contreras y Tatiana Lobo, y por los que apostó desde un principio.
“Mabel fue un excelente ser humano, que dejó un enorme legado para la literatura, pero que lo más valioso es que era un ser realmente extraordinario y una amiga incondicional. Ese es su legado más valioso para el gremio”, agregó
Por su parte, el actor Leonardo Perucci recordó los años 1979 y 1980, cuando junto a su esposa Arabella Salaverry, eran vecinos de Mabel Morvillo y su esposo David González, en un edificio en Los Yoses. Desde allí conocieron la pasión que tenía la escritora por la literatura y el descubrimiento de nuevos talentos.
Tanto para Perucci como Salaverry, algunas de las labores más destacadas de la escritora de origen argentino es que era una excelente cuentista infantil y que su aporte en dicho sentido fue realmente único.
“Mabel era una mujer realmente autosuficiente, de un empuje muy inteligente y muy culta, además. Que fue capaz de salir adelante con su hija, luego del fallecimiento de su esposo y que no se cansaba de aportar al país. Era una mujer a la que se le desbordaba por todos lados, para entregar talento, sabiduría y experiencia a Costa Rica”, afirmó Perucci.