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Si hubiera que enlistar los adjetivos que describen a Robert Redford, definitivamente dos párrafos no serían suficientes.
A lo largo de su vida, el originario de Santa Mónica, California, se ha ganado diversos y destacados motes. Por ejemplo, ha pasado de ser considerado un sex symbol en su juventud, a convertirse en un prominente histrión en su edad madura.
Además de probar suerte en la actuación, Redford, quien el jueves cumplió 80 años, es productor, director, ecologista, deportista y luchador social.
Además, por si fuera poco, es promotor de cine independiente y promotor de sus heroicos y desconocidos artífices.
Sin este octogenario personaje, quizá, decenas de nuevos talentos de la cinematografía mundial se quedarían sin dar el salto al estrellato.
Para lograrlo, Redford creó con sus propios recursos el Festival de Cine de Sundance, considerado actualmente uno de los semilleros de talento más importantes del cine.
Sundance, sencillamente, es la pantalla para que cineastas sin cara ni carrera conocida, vean sus incipientes trabajos proyectándose en diversas latitudes del mundo.
Pero aunque la mente y el tiempo de Redford están hoy dedicados a promover los nuevos talentos, no siempre fue así.
Al principio, Redford solo soñaba con ser artista, aunque no precisamente actor. “Jamás estuvo en mis planes, simplemente se dio”, confesó en alguna ocasión.
Robert Redford nació a las afueras de Hollywood, sin la mirada fija en ser una estrella de la pantalla grande.
Quizá, por ello, tras conseguir una beca para asistir a la universidad y abandonarla por sus excesos de juventud, se fue a dar la vuelta al mundo sin pensar en su futuro.
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“Nunca quise ser actor. No estaba en mis planes convertirme en actor y menos en promover el cine”, detalló hace unos meses a la revista Esquire .
Eso no impidió que a su regreso a Estados Unidos, Redford fuera descubierto en Nueva York y ayudado por su cabellera rubia, buen físico y ojos claros a saltar a un plató que lo requería.
Así consiguió sus primeros trabajos en cintas como War Hunt (1962), filme bélico de Denis Sanders. Además, Redford tenía solo 30 años cuando trabajó al lado Natalie Wood, en la película La rebelde (1966).
Antes de eso, en 1960, Redford ya había debutado en televisión en series como Playhouse 90 , Alfred Hitchcock presenta y La dimensión desconocida.
El caso es que en su filmografía existen casi 50 largometrajes, la mayoría llevando el rol principal. Por su gran desempeño ha logrado estar cuatro veces nominado al Óscar y lo ha ganado en dos ocasiones.
Se llevó la estatuilla en 1980 por Gente como uno ( Ordinary people ), el primer filme que dirigió el cineasta y otro honorífico en el 2001.
También ganó dos veces el Globo de Oro: uno en 1965 como nueva estrella del año por La rebelde y como mejor director por Gente como uno .
Por otra parte, nunca pudo despegarse de su faceta de galán, que pulió en filmes como Butch Cassidy and the Sundance Kid (1969), Nuestros años felices (1973) y El golpe (1973).
Rebelde con causa. Aún con todo esto a su favor, Redford se ha negado a ser parte del mainstream . Dice no tener nada contra el glamour y parafernalia de Hollywood, pero él prefiere dedicar sus años a su gran pasión: abogar por la diversidad en la meca del cine.
Por ello, todos los eneros desde 1980, Redford se vale de Sundance para animar a los jóvenes creadores a seguir haciendo cine.
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“Sundance nació con la finalidad de impulsar y hacer que el mundo cinematográfico sea diverso, ya que “diversidad” viene de la palabra independencia y aquí siempre trabajamos con base en ese principio”, dijo el actor durante la inauguración de la edición 2016 del festival.
Pero su legado y aporte social no termina ahí.
Su pasión por los nuevos creadores y sus propuestas innovadoras se mezclan con su amor por el medio ambiente.
Muestra de ello es Rocky Mountains de Utah, lugar en el que se lleva a cabo el festival. Una reserva ecológica protegida que desde hace décadas Robert ayuda a preservar.
A sus ocho décadas, Redford ha dicho que no se arrepiente de ninguna decisión profesional que ha tomado.
Eso sí, tal parece que en el ámbito personal no pasa lo mismo, aunque ha dicho que eso es parte de la intimidad y que eso nunca lo contará. En ese tema solo sabemos que Redford se ha casado dos veces y tiene cuatro hijos.
A pesar de ser un cineasta que definitivamente se sale del molde, Redford todavía coquetea con los blockbusters de vez en cuando. Hace dos años apareció en la película Capitán América: Soldado del invierno , encarnando al agente de SHIELD Alexander Pierce.
Este año, además, participó en la película Mi amigo el dragón , de Disney, y en el 2017 será parte del filme de ciencia ficción The Discovery , donde será un científico que buscará demostrar que hay vida después de la muerte.
¿Qué más nos podría ofrecer Redford?, pues no está claro. Lo que sí está claro es lo que pregona El Clarín , de Argentina: “el hombre de los ojos azules le saca la lengua al retiro”.
