
Cada edición salta la pregunta: ¿de qué estará permeada la gala de los Óscar este año?
En las pasadas ediciones, temas como el movimiento #metoo, la crítica a los premios por no incluir población negra, comentarios en contra de la política de Donald Trump y otras coyunturas sociopolíticas han marcado los discursos de agradecimiento de cada ganador.
Para la última gala de esta década, los Óscar pretendieron dar una imagen de sobriedad absoluta, como si la crítica a un solo tema no fuese necesaria. Al contrario: temas como la igualdad étnica, la presencia de minorías y los asuntos políticos incómodos parecían haber sido resueltos como si la Academia diese todo por sentado (a pesar de la condición política en Venezuela que pudo haber sido un tema fuerte entre las tendencias).
Posiblemente, este tono se dio ante la ausencia de un maestro de ceremonias pues, usualmente, el discurso introductorio del presentador encamina buena parte de la conversación de la noche.
En cambio, los discursos de ganadores fueron encaminados, sobre todo, en agradecimientos a productores y compañeros de set y no en alguna temática especial.
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Así existió una variedad étnica de presentadores e incluso de ganadores. Además, la presencia del idioma español como símbolo de pluralidad cultural tuvo lugar más allá del filme Roma, pues Javier Bardem y Diego Luna soltaron frases en su lengua natal como representación de otras sociedades que trascienden la vida estadounidense.
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También hubo regresos inesperados de actores que no necesariamente han sido primera plana en los últimos años.
Actrices como Queen Latifah y Jennifer Lopez sacaron aplausos entre el público a pesar de no ser parte de ninguna producción destacada en la última década. Podría pensarse que este apartado de “memoria” de una generación anterior de intérpretes es una de las estrategias que usó la Academia para enganchar más televidentes, esto debido a los cambios que ha querido realizar en la ceremonia televisiva como reducir el tiempo de entrega, incluir nuevas categorías y entregar premios en comerciales (muchas de estas nuevas propuestas que fueron canceladas sobre la marcha).
El único quien rompió ligeramente el paradigma fue Spike Lee, quien habló de “ponerse del lado correcto de la historia” tras ganar mejor guión adaptado por el filme Infiltrado en el KkKlan, cinta que él mismo dirige y que trae un tono de protesta contra el racismo y la exclusión.

