De primera entrada, acepto que una película como la que hoy les comento, titulada ¿Quién mató a los puppets? (2018), puede generar reacciones opuestas aun con los propios críticos de cine. Para algunos podrá ser filme irreverente o contracultural; para otros no pasa de ser un “churro” grosero u obsceno.
Me ubico entre los segundos y, más bien, salí molesto porque el cine llegue a expresarse con basura de tal facha, como es esta película dirigida por Brian Henson, neoyorquino hijo de Jim Henson (1936-1990), creador de los muppets.
No digo que el filme sea repulsivo o repugnante (valores del adjetivo inglés obscene), sino que es grosero (en el sentido castellano de “obsceno”). Lo peor es que hayan convertido la grosería verbal y de imágenes como un atractivo para llevar público a un filme para adultos.
¿Quién mató a los puppets? lo que hace es convertir la indecencia en mercancía para “charralear” sus personajes y su trama, sugestivos a primera vista, dentro del esquema más burdo de una narración.
La trama es más bien simple y, peor, muy mal amarrada, es como vestido viejo de tantos hilos sueltos, al punto que se resuelve de la manera menos inteligente posible luego de plantearse una serie de asesinatos que investiga el detective Phil Phillips.
Esto sucede en un mundo donde conviven marionetas con humanos, pero los títeres sufren discriminación gruesa de parte de los segundos, en todo. El detective privado Phil Phillips se ha convertido en defensor de los muñecos de trapo, llamados puppets, y es quien va a investigar los asesinatos.
Él lo hará junto con la mujer policía (humana) llamada Connie, uno de los peores trabajos de esa actriz acartonada y mediocre que es Melissa McCarthy. Lo que sigue está narrado a la fuerza, para dar lugar al pachuquismo verbal y al de las imágenes.
Al ver la figura de trapo de Phil Phillips, pensé que su diseño iría por los de los conocidos detectives del llamado “género negro” de la literatura y del cine, como Philip Marlowe (creado por el genio de las metáforas: Raymond Chandler) o como Sam Spade (creado por Dashiell Hammett).
No sucede de tal manera: ¡ese muñeco no es Humphrey Bogart! Tanto los guionistas como el director lo que hacen es tirarles la perla a los cerdos. Peor, dentro de su aparente tolerancia entre puppets y humanos, el filme esconde un puñal.
Con su humor en apariencia satírico y siempre descarado, ¿Quién mató a los puppets? es soga de otro cuerno: su misoginia relincha y su “machismo alfa” es como el de quien se siente gallo en cualquier corral.
No hay manera de que pueda recomendarles esta película, ni siquiera por su estética roñosa y repetitiva. A la larga, si este filme se hubiese permitido reírse de sí mismo, el resultado habría mejorado, pero eso no lo decido yo, ni sucede tampoco.
Ficha técnica
Título original: The Happytime Murders.
Estados Unidos, 2018.
Género: Comedia policial.
Dirección: Brian Henson.
Elenco: Melissa McCarthy, Elizabeth Banks.
Duración: 91 minutos.
Cines: Magaly, Nova, Cinépolis, CCM, Cinemark.
Calificación: *