En junio, Nicole, vecina de Escazú y miembro del club de fans oficial de Carlos Vives, buscaba un regalo muy especial para el cantante colombiano: una giganta en miniatura.
Su deseo llegó en crudo a Barro y Papel, un taller artesanal que trabaja con mascaradas tradicionales costarricenses. Allí aceptaron el reto y comenzaron a desarrollar la propuesta de Nicole.
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El proyecto inició con la técnica tradicional de barro. El padre de Nicole, experto en gigantas, modeló la base. Luego se aplicaron varias capas de papel y goma, que al secar dieron forma a la figura. El molde de barro se retiró y quedó lista la estructura para pintarla.

La mini giganta recibió color, barniz y accesorios que evocaron la alegría de las fiestas patronales. Representaba a una mujer con vestimenta típica, maquillaje y detalles propios de la tradición. Según los artesanos, la idea fue que la figura “se fuera a bailar con Carlos Vives”.
Al obsequio se añadió una tarjeta en la que se explicó a Vives el simbolismo de las mascaradas. El mensaje describía a la giganta como un personaje central en las celebraciones populares y recordaba que las mascaradas acompañan a la cimarrona en desfiles llenos de sustos, risas y algarabía.
La dedicatoria de la giganta destacó la similitud entre las raíces ticas y colombianas, unidas por la alegría y la música: “La giganta es fuerza, fiesta e historia... y si le ponen Pa’ Mayté o La Bicicleta, se pone a bailar de fijo”.
Durante el encuentro, Carlos Vives recibió la figura con entusiasmo. El artista sonrió al verla y agradeció el gesto de sus seguidores, quienes lograron combinar en un detalle artesanal la cultura costarricense y la admiración por su música.
