
A sus 21 años, Millie Bobby Brown es una de las actrices más reconocidas de Hollywood. Aunque su ascenso internacional empezó con Stranger Things, su camino al éxito incluyó una serie de obstáculos poco conocidos que afectaron su salud física y mental.
Brown nació con una pérdida auditiva en el oído izquierdo, que avanzó hasta dejarla completamente sorda de ese lado. Durante las grabaciones de la serie de Netflix, esto representó un desafío. Necesitaba apoyo adicional para escuchar las indicaciones en el set, especialmente porque los directores hablaban en voz baja.
En entrevistas, relató que los hermanos Duffer, creadores de la serie, solían hablar casi en susurros. Por esta razón, necesitaba que los asistentes repitieran las órdenes en voz alta o con señas. Recordó que el director Shawn Levy hablaba más fuerte, lo que facilitaba su trabajo en algunas escenas.
Antes de alcanzar la fama, vivió una infancia marcada por el bullying escolar en Inglaterra, lo que la llevó a cambiar de centro educativo. Esa etapa sembró en ella una profunda ansiedad que continúa combatiendo.
Cuando comenzó a grabar Stranger Things y a estudiar en casa, su contacto social se redujo drásticamente, lo que deterioró sus habilidades para relacionarse con jóvenes de su edad. Reconoció tener pocos amigos y sentirse aislada, incluso en ambientes laborales.
En medio de la fama, actuar se transformó en un refugio. Sufría una crisis de identidad y encontró consuelo al interpretar personajes distintos, especialmente porque sentía que no encajaba en ningún entorno.
A los 10 años, un director de casting la calificó como “demasiado madura”, lo que la desmotivó. Sin embargo, con el impulso de sus padres, decidió intentarlo una vez más. Ese nuevo casting —sin confirmar si fue para el papel de Eleven— terminó por marcar su carrera.
Aunque su personaje en Stranger Things la mostró como una figura segura, las críticas en redes sociales y medios aumentaron su ansiedad, en especial durante su adolescencia. Mientras otros jóvenes de 13 años se preocupaban por sus estudios, ella enfrentaba insultos en plataformas digitales.
La acusaban de acaparar protagonismo o de comportarse con arrogancia. Ante ese escrutinio, comenzó a guardar silencio en eventos públicos, incluso cuando deseaba participar. En el pódcast Bright Minded, conducido por Miley Cyrus, admitió que estos ataques provocaron crisis de pánico y miedo constante a equivocarse.
Durante los premios Glamour Women of the Year 2023, compartió que las redes sociales afectaron profundamente su salud mental. Aseguró que, con el apoyo de su entorno cercano, hoy se siente más fuerte y menos sola, aunque la ansiedad sigue presente.
En el ámbito profesional, no dejó de trabajar. En 2024, produjo y protagonizó Donzela y, en 2025, actuará junto a Chris Pratt en The Electric State. Estos proyectos marcan una etapa en la que asume roles con mayor control creativo, moldeando historias con mensajes personales.
En su vida privada también ha asumido nuevos retos. Se casó con Jake Bongiovi, hijo del músico Jon Bon Jovi, y recientemente adoptaron a una niña, como se dio a conocer públicamente.
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*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
