San José.
Allí donde importa, el Galaxy S5 atrapa miradas: excelente desempeño de cámara y batería, pantalla de 5,1 pulgadas sinónimo de nitidez y soporta un baño en agua dulce.
No obstante, como un equipo que otra vez busca su ingreso al Mundial, Samsung puso experiencia y sabiduría en este S5 y, contados, unos gramos de innovación.
Excepto detalles de hardware secundarios y ajustes al software, es en síntesis el teléfono que la empresa presentó en el 2013.
Eso sí, nadie vaya a confundirse: el S5 tiene poderío y así lo validó este diario tras una semana de uso.
Estas líneas resumen a qué se atiene quien por él se encadene un contrato de telefonía o pague en efectivo de ¢450.000 a ¢610.000 en alguna tienda donde se vende.
Con el brillo de la pantalla al tope, la batería removible de 2.800 miliamperios-hora resiste el día completo. La anterior era de 2.600.
Una de esas jornadas incluyó casi dos horas de película ( La Vida Secreta de Wálter Mitty ), una decena de apps descargadas, dos episodios de House of Cards en Netflix y 28 feroces minutos de procesamiento de gráficos jugando Dead Trigger 2 .
Con menos uso y siendo una batería nueva aguantó día y medio o, incluso más, gracias al arribo de la función Ultra Ahorro de Energía.
Al aplicarse, la pantalla se vuelve blanco y negro y cesan las conexiones rutinarias de aplicaciones a Internet. Esto permite varios días el envío de mensajes y llamadas.
También nuevo es el Download Booster ; función que mezcla el poder de redes Wi-Fi y el operador telefónico para acelerar la descarga de archivos pesados.
En el S5, los programas se abren como un relámpago. Con varias aplicaciones activas, videojuegos y películas marcharon sin tropiezo gracias a su procesador de 2,5 gigahercios de velocidad, 2 Gigabytes (GB) de memoria RAM y su unidad de manejo de gráficos Adreno 330.
En la pantalla, íconos e imágenes aumentaron su nitidez respecto al S4 e impresionan las fotos de la cámara de 16 megapíxeles; tres más respecto a la anterior.
A la cámara le simplificaron el menú y esta ahora graba vídeos en Ultra Alta Definición (4K); el estándar de resolución actual más puro.
Sin embargo, ocho minutos en 4K toman casi 4GB y esto se come el espacio en un parpadeo. El teléfono viene en modelos 16 GB y 32 GB. A este diario probó el de 16 GB .
Distinto pero perfectible. El S5 es de plástico y esto explica parte de su impermeabilidad. La tapa trasera se siente como una curita y, en síntesis, todo el diseño es inofensivo.
El cuido de los detalles, esas pequeñeces casi invisibles que agrega placer al uso de un teléfono, dista de los acabados exteriores en un HTC One, un iPhone o un Xperia.
Visto de frente junto a un Galaxy S4, el S5 luce igual. Es solo una fracción más grande pues este Galaxy incluye un lector de huellas digitales y un monitor cardíaco.
Funcionan; sí, pero luego de algunas maldiciones, mucha paz y temple deslizando el dedo.
El lector de huellas desbloquea la pantalla principal e incluso autoriza pagos en PayPal, pero su utilización involucra ambas manos.
En teoría, puede manejarse con una, pero la probabilidad de acierto es tan alta como que Costa Rica llegue a la final de Brasil 2014.
Con el dispositivo cardíaco, quien use una pulsera deportiva o reloj inteligente con un monitor similar, rara vez usará el del S5. Encima, hay programas gratis que hacen lo mismo valiéndose de la luz del flash en la cámara del teléfono.
El menú principal del S5 se ordenó más y hay menos software de Samsung pre-instalado. Empero, hay dos versiones de tienda de aplicaciones (Google y Samsung), dos apps de música, tres de mensajería, dos navegadores, dos galerías gráficas y dos asistentes de voz.
Para una vivencia más pura en sistema Android, mejor el Nexus 5 de Google o el Moto X de Motorola.
Quien ha visto un Galaxy, ha visto todos. Este lo confirma. Gustará a entusiastas de Samsung y dueños del Galaxy S3. A los del S4, no.
El indeciso, en cambio, esperará a ver qué tal el iPhone 6 cuando Apple lo presente en setiembre.