Corea del Norte negó ayer responsabilidad alguna en recientes ataques informáticos contra la empresa Sony Pictures, pero celebró, sin rodeos, las incursiones que atrofiaron los sistemas de esa empresa próxima a divulgar una comedia cuyo argumento es un complot de asesinato del máximo líder de ese aislado régimen, Kim Jong-un.
Sony Pictures produjo “un filme que instiga a un acto terrorista, al tiempo que daña la dignidad de la dirección suprema”, dijo un vocero de la Comisión Nacional de Defensa, principal agencia de Gobierno del régimen de Pionyang, según divulgó la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte.
Pionyang, afirma la agencia, desconoce por qué la empresa fue blanco de ataques, pero especula que tal acción “podría ser una obra justa de los partidarios y simpatizantes de” Corea del Norte en su lucha para “acabar con el imperialismo estadounidense”.
Un ataque informático el mes pasado trabó los sistemas informáticos de Sony Pictures y expuso en el proceso un tesoro de datos internos, incluidas cifras de sueldos y, al menos, cinco películas aún por estrenar.
Corea del Norte emerge como sospechosa porque ha criticado a la compañía por su película La entrevista , comedia satírica protagonizada por los actores Seth Rogen y James Franco, cuyo argumento involucra una conspiración para acabar con Kim.
Las autoridades de ese país no ven gracioso el asunto, y de ese filme han dicho que es un “acto hostil, patrocinado por la política adverso de Estados Unidos”.
Culto a la personalidad. Desde finales de 1940, la familia Kim gobierna Corea del Norte con puño de hierro en un régimen totalitario que descansa sobre un reconocido culto a la personalidad de su líder máximo.
El régimen arremete contra cualquier intento de critica a Kim, quien representa la tercera generación de gobernantes de la misma sangre.
Pionyang ha sido muy sensible a críticas en las últimas semanas por el apoyo estadounidense en las Naciones Unidas. al solicitar al Consejo de Seguridad remitir a Kim a un tribunal penal internacional por violaciones de derechos humanos.
Por ahora, no existe evidencia directa que vincule el ataque informático a Sony Pictures con Corea del Norte, y analistas de seguridad cibernética permanecen divididos sobre la probabilidad de su participación.
Funcionarios surcoreanos y estadounidenses, sin embargo, se inquietan cada vez más por la capacidad de Corea del Norte de afectar equipos informáticos sensibles, en especial, luego de trastornos a sistemas de bancos, Gobierno, medios de comunicación y sitios web militares en Corea del Sur en los últimos años.
