
Cristopher Vizcaíno Castillo, un joven ingeniero de sistemas, murió asesinado la noche del lunes en el barrio El Futuro en San Rafael de Alajuela. Caminaba de su casa hacia la casa de su novia. No tenía enemigos, trabajaba desde su hogar donde vivía con su mamá. Solo iba de visita, como cualquier otro día.
“Mi hermano se despidió de mi mamá y salió. Caminaba tranquilo, sin saber que unos tipos venían disparando. Solo iba a ver a su novia. Y no volvió”, cuenta Emiliano Vizcaíno Castillo, hermano mayor del joven, con la voz quebrada por el dolor.
Tenía 30 años y trabajaba desde hacía cinco años como programador en Radiográfica Costarricense S.A (Racsa), en modalidad de teletrabajo. Era soltero y sin hijos.
Apenas minutos antes del crimen, había llegado a su casa luego de completar la revisión técnica vehicular. La noche transcurría con normalidad, hasta que cuatro hombres a bordo de dos motocicletas irrumpieron en el barrio El Futuro disparando al aire y al suelo.
Según el relato de Emiliano, los sujetos habían salido del conflictivo sector de Los Pinos, en La Guácima, y buscaban a miembros de una banda rival en El Futuro.
Antes de cegar la vida de Cristopher, aterraron el vecindario disparando al azar. En medio de ese caos, el joven fue alcanzado por las balas.
“Lo atacaron por la espalda con una escopeta y luego le dispararon más veces. Nunca tuvo oportunidad de escapar”, relató su hermano.
Cristopher también tenía heridas en el pecho, cuello y cara. Fue llevado de inmediato a un centro médico en un vehículo particular, pero al llegar ya no había nada que hacer. Fue declarado fallecido.
El hermano describió a Cristopher como una persona noble, serena, amante de la montaña y de las excursiones. No fumaba, no bebía, no tenía vicios. Su mundo giraba entre su familia, su trabajo, sus amigos y su novia.
“Era un hombre tranquilo, le encantaba acampar, estar al aire libre. Tenía muchos amigos porque era una compañía entrañable. Nunca se metía con nadie”, recordó su hermano.
Grito en redes sociales
La muerte del joven provocó una oleada de comentarios en redes sociales, donde conocidos y amigos sostienen que Vizcaíno era “un ser humano excepcional, un alma buena, trabajadora, con principios firmes y un corazón que no merecía ese final. Hoy, su vida fue arrebatada por la crueldad y el abandono. San Rafael de Alajuela está cubierto por un manto de luto que ya pesa demasiado… y nadie lo quiere ver”, afirmó una usuaria de Facebook identificada como Dannia Jiménez.
“Cada disparo que se escucha no es solo ruido: es una herida abierta que sangra sobre nuestras calles. ¿Cuántos más deben morir para que la justicia despierte? ¿Cuántas madres deben enterrar a sus hijos, cuántos padres deben llorar solos, cuántas familias deben romperse antes de que se nos dé el respeto que merecemos?“, reclamó Jiménez.
Sus amigos lamentan que Machito, como le decían de cariño, se fuera de esa forma tan “injusta”, en medio de conflictos armados que le eran ajenos. “Macho un joven que no hablaba para no ofender, respetuoso, amable, gentil y en segundos le arrebatan la vida injustamente. Yo me preguntó porqué los que merecen vivir mueren”, manifestó otro allegado identificado como Israel Arias.
Emiliano tampoco duda en afirmar que Cristopher fue una víctima colateral de una guerra que no le pertenecía.
“Aquí en San Rafael la violencia no es nueva. Las bandas pelean por controlar el territorio para vender droga, y los inocentes quedamos en medio”.

Barrio tomado por el miedo
El Futuro, en San Rafael de Alajuela, ha sido señalado durante años como un sector vulnerable por la presencia de grupos del narco.
En 2018, la Policía de Control de Drogas desarticuló en ese distrito una banda liderada por un exconvicto con múltiples antecedentes, vinculado a homicidios relacionados con la disputa por territorios.
Emiliano lamenta que, pese a las promesas en época electoral, la situación no mejora.
“Ya han matado a más inocentes aquí. La Policía sabe que este pueblo es peligroso, pero no nos cuidan. Las patrullas pasan a veces, pero nada cambia. Y mientras tanto, seguimos enterrando personas buenas”.
Hasta el 23 de julio, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) contabiliza 493 homicidios en lo que va del año. Alajuela figura como la cuarta provincia con más asesinatos: 52. San Rafael ha aportado varios de esos casos, muchos vinculados al crimen organizado.
“Mi hermano estaba de paseo a las 6 de la tarde. Ahora ni eso se puede. La gente tiene que salir a trabajar, estudiar, vivir. Pero en este pueblo ya no se puede caminar tranquilo. Si van a venir a buscar votos, que hagan algo de verdad”.
Cristopher Vizcaíno solo caminaba por su barrio, rumbo a ver a su novia que estaba enferma, cuando en el camino encontró a la muerte, disfrazada de una guerra que esa comunidad ya no sabe cómo frenar.
En el sitio donde fue atacado, agentes del OIJ recolectaron indicios balísticos e iniciaron las pesquisas para esclarecer las circunstancias del homicidio, así como la identidad de los perpetradores.
