Cuando quebraron la ventana de acompañante del automóvil de Jaidy Céspedes, hace cinco años al transitar por Hatillo, San José, ella lo consideró un hecho esporádico.
“Fue cuando no estaba muy de moda eso. En ese momento peleamos el bolso y yo me lo pude dejar”, contó Céspedes.
Un año después (2015), otro ladrón usó el mismo método contra ella, en el mismo sector. Otra vez, no logró su cometido, pues ella tenía sus pertenencias en la cajuela.
Céspedes enfrentó un casi improbable tercer intento de robo, hace dos años en los semáforos de Hatillo 8.
No le quebraron la ventana, pero en esta ocasión metieron la mano por la ventana del chofer y le robaron el celular mientras ella hacía una llamada.
Luego de tres malas experiencias, esta vecina de Paso Ancho aún debe conducir con frecuencia, y temor, por la Circunvalación sur.
“En ese momento no tenía un hijo, ahora tengo uno y generalmente anda atrás junto a un salveque con cosas de él, eso me da algún temor, ellos (los ladrones) solo ven algo y eso los motiva. También resulta que ahora mi carro es grande, no es un sedán, en cualquier momento me pueden quebrar el vidrio de atrás”, comentó la ingeniera en sistemas.
Los “quiebraventanas” atentan, principalmente, contra mujeres solas con algún objeto de valor en el asiento de acompañante, afirmó Franklin Cárdenas, jefe policial de Hatillo, quien describió su modus operandi.
Primero, monitorean los vehículos a la distancia y definen la víctima. Luego, aprovechan la luz roja en los semáforos para robar con rapidez, y por último se escabullen hacia sus casas, en las inmediaciones de la carretera.
“Sabemos donde vive la mayoría, pero es difícil. Ya una vez estando ellos en la casa no se puede hacer nada”, aseguró uno de los policletos encargados de vigilar la zona, quien pidió no revelar su identidad.
LEA MÁS: Banda ‘quiebra ventanas’ asaltó a 12 personas en dos meses
Muchos vecinos de Hatillo también los conocen, y les preocupa que un eventual enfrentamiento con la Policía termine en tragedia.
“A nosotros nos tiene atemorizados, un loco comienza a disparar y se pega a cualquiera. La Policía cree que uno está con ellos y uno ni les habla. Yo tengo más de 30 años de vivir aquí y uno los tiene súper reconocidos”, declaró un porteador de la zona.
Según el oficial de Fuerza Pública, los ladrones suelen ser hombres entre los 16 y 25 años, que usan destornilladores, piedras o punzones para quebrar las ventanas. La mayoría actúa en las horas pico de la mañana y la tarde, o cuando hay eventos masivos en San José.
A ellos los notifican niños y señoras cuando no hay oficiales cerca, y en ocasiones se hacen pasar por vendedores ambulantes en medio de los carriles.
Incluso, indicó el policleto, tienen grupos de WhatsApp donde organizan su operación.
Modalidad se expande
Cárdenas explicó que esta modalidad de robo inició hace cerca de diez años, con mayor incidencia en Hatillo y San Sebastián.
“En aquel momento había un sujeto, alias Loro, que empezaba a ver jóvenes desde los 14 años. (Ahora) los empieza a tirar a Circunvalación, ellos se aprovechan de la gente que anda en Uber, van viendo películas, el GPS o Waze y llevan sus teléfonos en el parabrisas a simple vista”, expuso el oficial.
Estas bandas también están vinculadas a la venta de drogas en la zona.
Cárdenas añadió que recientemente se reportaron robos en otros puntos de la capital, como el Monumento al Agua, en la Uruca; cerca del Colegio de Abogados, en Zapote; en la radial de Plaza González Víquez y en el peaje de Escazú, sobre la ruta 27.
La incidencia de estos crímenes podría ser aún mayor de lo que se cree, pues muchas personas se niegan a denunciar.
Las estadísticas sobre este tipo de delito, están en manos del Organismo de Investigación Judicial, pero al cierre de esta información no había suministrado los datos.
Marcela Quirós, periodista que sufrió un robo de este tipo en Hatillo, contó que ella llamó la Policía para ver qué tenía que hacer, "y me dijeron si quiere vaya y ponga la denuncia al OIJ, pero ellos no le van a ayudar en nada, eso es solo para que lo sumen a los registros”.
El último gran golpe policial a estos grupos fue el 14 de febrero, cuando fueron arrestados ocho hombres de una banda que habría robado a 12 personas en dos meses.
Mientras el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) revisa el caso, los sospechosos deben presentarse a firmar cada 15 días y mantener domicilio fijo. Además, a uno de ellos se le prohibió acercarse a los semáforos que se encuentran entre Hatillo 6 y Hatillo 8.
Este tipo de delito se suele tipificar en la Fiscalía como robo agravado, por el que se imponen de cinco a 15 años de prisión, según el artículo 213 del Código Penal.
La Fuerza Pública espera que el problema se erradique en la zona más conflictiva, el cruce de Hatillo 8, con la construcción del paso inferior que eliminaría los semáforos.
La intención del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) es sacar el proyecto a licitación en el primer semestre de este año.