Samuel tiene apenas ocho años, es un chiquillo muy activo, amante del fútbol. Desde el lunes en la madrugada lucha por su vida en la cama de un hospital, luego de que una bala perdida lo impactara en el pecho mientras dormía en barrio La Gloria, en Zapote, San José. Su abuelita dice que confían en Dios y que será él quien los saque adelante en esta trance tan difícil.
Mientras los papás del niño esperan novedades en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Niños (HNN), doña Ana Borbón, la abuela, cuida su casa y la del pequeño, a escasos metros del redondel de toros. Es una barriada de estrato muy humilde, donde en las últimas semanas han ocurrido varios enfrentamientos a balazos.
La señora dice que su nieto cursa tercer grado en una escuela en San Francisco de Dos Ríos, es un niño al que le encanta jugar, correr e incluso a veces hasta es “hiperactivo”; sin embargo, sus parientes aseguran que prefieren verlo así que ‘tirado en una cama’ como está actualmente.
“Le fascina jugar fútbol, todavía no está en un equipo porque es muy pequeño pero sí juega con sus hermanos y primos cada vez que puede”, relató Borbón.
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En la barriada destacan dos accesos por calle principal, uno con rampa y otro con decenas de gradas que llevan a las viviendas que están pegadas unas a otras, la mayoría construidas con latas de zinc y madera.
La noche en que ocurrió la tragedia ya todos en la casa de Samuel estaban dormidos cuando comenzaron a sonar los disparos y como su nieto viven una casa de dos pisos y duerme en la segunda planta, fue ahí por donde ingresó la bala. “Estaba durmiendo con el hermano de 11 años y fue cuando la bala lo impactó”, añadió doña Ana.
Lugareños y vecinos temerosos, quienes hablaron en identidad protegida, concuerdan en que las disputas por drogas son frecuentes en el lugar y desde la vía pública o a pocos metros de las casas disparan los grupos rivales, que se pelean territorios entre el río María Aguilar y La Gloria.
Al parecer eso fue lo que habría ocurrido el pasado lunes, cuando uno de las bandas disparó con una pistola de grueso calibre y la otra agrupación respondió.
Samuel es el menor de cuatro hermanos de 17, 14 y 11 años. Luego de la emergencia fue trasladado rápidamente al Hospital Calderón Guardia donde recibió una operación y posteriormente al Hospital de Niños donde fue sometido a tres intervenciones quirúrgicas adicionales.
“Se mantiene sumamente grave con un pronostico reservado, se le está dando todo el soporte que requiere y estamos esperando su evolución”, explicó Carlos Jiménez, subdirector del HNN.
En una de esas operaciones le sacaron por un costado de la ingle, la bala de una aparente AK-47 que pasó por varios órganos y se alojó en el corazón, de acuerdo con declaraciones del padre del niño a Telenoticias.
El progenitor añadió al medio televisivo que el proyectil ingresó por la segunda planta de la casa, atravesó la pared y rozó el borde de la cama para luego incrustarse en el pecho del niño. El uso de armas de grueso calibre, como una AK-47 está prohibido entre la población civil. No obstante, los grupos delincuenciales utilizan con mucha frecuencia este tipo de armamento.
La tarde del lunes, Fuerza Pública y el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) realizaron un operativo en la zona y detuvieron a cinco hombres.
El Ministerio de Seguridad Pública confirmó este martes que a los sujetos se les tomaron los datos personales y las huellas dactilares para que quedaran identificados y reseñados y luego quedaron libres. De momento no se han identificado personas asociadas directamente con el tiroteo.