La ludopatía, conocida como la adicción patológica a los juegos de azar, apuestas y la imposibilidad de resistirse a participar, es otra de las problemáticas que desencadenan las salas de juegos electrónicos o de tragamonedas.
Considerada desde 1980 como un trastorno psicológico por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Americana de Psiquiatría (APA por sus siglas en inglés), es un padecimiento complejo, que lamentablemente solo puede diagnosticarse cuando la persona acumule más de un año de cumpla “con todos los criterios necesarios” para ser catalogado como un ludópata.
De acuerdo con la psicóloga Laura Ramos, las principales características con las que se asocia este mal es que los afectados necesitan apostar dinero cada vez más o de forma compulsiva.
A lo anterior se suma la irritabilidad y el nerviosismo al intentar parar de jugar. “pocas veces tienen éxito o casi siempre recaen”, aseveró.
“El pensamiento de esas personas a lo largo del día es cuándo van a jugar y cómo conseguir el dinero. Los picos de apuestas que hacen se ligan a desórdenes emocionales, pues toda adicción está relacionada a la compulsión para evitar una emoción desagradable”, explicó.
:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/K7PZAHCHIVDQ3D5RP2VJWC2LSA.jpg)
La ludopatía es una enfermedad caracterizada por la presencia de frecuentes y constantes episodios de participar en juegos, apuestas y la imposibilidad de resistirse a hacerlo. (Rafael Pacheco Granados)
Otro signo es que a pesar de que reconocen que están perdiendo mucho dinero durante las partidas, tienden a pensar que van a reponerlo en un próximo juego o durante varios periodos. Incluso, según Ramos, llegan a extremos donde pueden robar tarjetas, pedir prestado a otros o incurrir en robos en sus trabajos con tal de obtener lo necesario para jugar.
“Este tipo de conductas pone en riesgo las relaciones familiares, de pareja, amistad y trabajo porque terminan cometiendo faltas donde lastiman a sus parientes o allegados, al pretender que cuentan con los dineros de los demás para aliviar su situación desesperada por el juego.
“En principio tal vez no dicen el motivo, pero ya después se cae en una actitud de ‘si yo me recupero de esto no vuelvo a jugar’, pero en realidad se sigue alimentando la adicción”, añadió la especialista.
Con respecto al tratamiento, independientemente de la categoría en que se encuentre el paciente con ludopatía, es importante reconocer que existe una adicción y que se necesita de un tratamiento psicológico y de grupos de autoayuda para lograr mantenerse la mayor cantidad de tiempo posible sin jugar.
“Yo aplico una técnica llamada pare, piense, actúe, donde la idea es que la persona pueda tomarse una pausa para analizar sus emociones y pensamientos. Solo este ejercicio reduce el impulso en un 50% y la otra mitad se logra debatiendo con uno mismo y preguntándome qué otras estrategias puedo hacer en lugar de jugar para evitar sentirme triste, por ejemplo, o molesto”, señaló la especialista en adicciones.
:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/QJLAOOY5HBCITCX5EU2AD6YN4Y.jpg)
El tratamiento para el paciente ludópata consiste en la terapia psicológica, uso de medicación y grupos de autoayuda. (Rafael Pacheco Granados)
En Costa Rica, no existe una estadística sobre la cantidad de individuos que experimentan ludopatía.
La razón, según la experta, podría estar asociada a que la enfermedad entra en una categoría de “otros trastornos mentales” y no se registra como tal, aunado a que quienes la padecen buscan atención médica por conductas asociadas a la enfermedad como depresión o cambio de humor, pero no manifiestan que la sintomatología es por su adicción al juego.
En el país existe hace 24 años el grupo Jugadores Anónimos. Allí asisten más de una decena de individuos con padecimientos asociados al juego y que con 12 pasos se comprometen a hacerle frente a la enfermedad y superar la adicción.
La agrupación se reúne en Plaza González Víquez, San José, y para asistir puede obtener mayor información al 8844-4956 o 8336-0362.