La labor de un policía es inherentemente peligrosa, sin importar dónde trabaje ni en qué área se desempeñe. Para algunos oficiales, ese peligro se incrementa cuando deben involucrarse en zonas de alto riesgo, y sus acciones policiales terminan por afectar su vida personal y familiar.
Ejemplo de esto es el relato de un policía de Fuerza Pública limonense quien declaró bajo anonimato, pero será identificado como Luis, a quien le ha tocado cubrir una de las zonas más peligrosas del cantón de Pococí de Limón.
Este oficial estuvo cerca de morir cuando, hace algunos años, los asaltantes de un establecimiento comercial huyeron hasta meterse a una casa y tomar rehenes a las personas que estaban allí. Varios uniformados llegaron a la vivienda, y en un forcejeo, uno de los asaltantes le quitó el arma a Luis.
Cuando Luis estaba en el suelo el sujeto intentó dispararle; sin embargo, el arma estaba asegurada y el asaltante no supo quitarle el seguro, lo que le dio chance a los otros policías de capturarlo a él y al resto de los asaltantes, quienes luego fueron condenados por la vía de flagrancia.
El oficial relató que su experiencia ha sido usada de ejemplo para la Academia de Policía, principalmente para enseñarle a los aspirantes a policías a seguir las medidas de seguridad que debe tener el arma durante una intervención en situaciones de alto riesgo.
“Cada vez que va uno a una intervención, va uno pensando en lo peor, en que no sé qué se va a encontrar en una zona como esta”, afirmó el policía.
Otro gran riesgo de atender actos criminales es que los detenidos recuerdan a los policías que los arrestaron, lo cual puede tener repercusiones en sus vidas personales sin importar si los capturados terminan siendo condenados a prisión o no. “Un día me pasó que decomisamos en un vehículo cuatro armas de fuego, luego voy a un juicio días después y ahí estaban los imputados de ese decomiso, yo en mis días libres y me dijeron ‘diay ofi’, o sea, me reconocen sin uniforme”, lamentó Luis.
“Es complicado trabajar en una zona de alto riesgo, más cuando uno vive en la misma zona, ya uno no puede salir a compartir con la familia porque es un riesgo encontrarse con este tipo de personas”, agregó.
El plan antes de la acción
Para llevar orden público a las zonas de alta criminalidad, la Fuerza Pública cuenta con la Unidad de Intervención Policial, comandada por Junier Villalta Rubí.
Aunque es jefe de esa unidad, Villalta explicó que solo el 30% de su tiempo consiste en trabajo administrativo, pues el restante 70% lo dedica a acciones operativas, lo que incluye pasar extensos periodos de tiempo en giras en todo el país.
“Algunos sectores ubicados en la capital trabajamos de manera simultánea con las otras policías, realizando una operación conjunta, y hablo del caso particular del sector de la León XIII, le hablo particularmente del sector de Purral, el sector de Pavas. Lugares donde se ha indicado algún índice de delincuencia en crecimiento”, detalló Villalta.
El jefe policial precisó que para decidir un plan en un lugar específico, primero se debe desarrollar un análisis criminal para identificar cuáles son los delitos más comunes. La prioridad policial son los homicidios y los delitos contra la propiedad, pero Villalta aseguró que el objetivo es atender todos los delitos.
Luego, se considera la extensión geográfica y la frecuencia de los delitos para determinar cuántas unidades enviar.
“Generalmente la Policía propone equipos de trabajo, una unidad de dos motocicletas, por citar un ejemplo, es un equipo de trabajo. Ese equipo se va a encargar de hacer disposiciones operativas: control de carreteras, identificación de personas en las zonas donde se estén dando los incidentes, o donde se reconozca que son propensas a darse, porque el análisis criminal te va a dar lugares, horas y días”, señaló Villalta.
‘Las armas de la gente que está ahí son superiores’
Xiomara Rojas, secretaria general del Sindicato Independiente de Trabajadores Estatales (Siteco), explicó que un reto mayor para el Ministerio de Seguridad es que en ocasiones, los policías se enfrentan a grupos criminales con armamento más avanzado. “Hay lugares en los que un policía está en peligro porque las armas de la gente que está ahí son superiores a las que maneja el policía, muchas veces la gente no les tiene respeto, los tratan bastante mal, en esos lugares peligra mucho la vida del policía”, aseguró Rojas.
Además del riesgo a su integridad física, la sindicalista explicó que los policías también sufren en cuanto a alimentación, los horarios (que pueden llegar hasta las 12 horas), y los actos de violencia que deben observar, no solo de organizaciones criminales, sino también de violencia doméstica.
Una de las particularidades de la labor policial es su horario. En la Fuerza Pública cuentan con el horario 6x6 (seis días de trabajo seguidos por seis días libres) para los que viven en zonas alejadas a su centro de trabajo. También existe el horario 3x3 y 5x2, este último para los administrativos y jefaturas.
Además, los funcionarios del Ministerio de Seguridad gozan del plus salarial de riesgo policial. Dentro de la Fuerza Pública, ese plus puede variar entre ¢310.428 para el director general y ¢53.721 para el puesto de Agente 1, que consiste en el cargo básico de un policía y parte con un salario base de ¢350.950.
La sindicalista explicó que su gremio ha abogado para que a los 12.600 policías de Fuerza Pública se les reconozca de otras formas el riesgo que corren en sus labores diarias.
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Afirmó que hasta el 2017 lograron que se les otorgaran ocho días de vacaciones profilácticas, para reducir el estrés y desgaste propio de la acción policial. El beneficio consiste en cuatro días por semestre, y los policías escogen las fechas que más les convengan.
“Hicimos todo un estudio y se pudo demostrar cómo era el desgaste del policía. La Policía también debería tener un régimen especial de pensiones”.
“Ellos sufren presión alta, del azúcar y otras patologías, eso no le quita el ímpetu de policía y la inteligencia para poder defender a cualquier ciudadano, pero la condición física es mucho menor que una persona joven, deberíamos tener un presupuesto para que los policías puedan jubilarse antes y poder estar contratando jóvenes con una buena oferta de trabajo”, declaró Rojas.