Un temblor de 6,6 grados magnitud momento (MW), que sacudió ayer el territorio nacional a las 6:45 p. m., causó gran alarma.
Esa es la réplica más fuerte del terremoto de 7,6 grados en Nicoya (Guanacaste), el 5 de setiembre.
El movimiento de ayer se localizó 18 kilómetros al sur de Sámara, Nicoya, a 20 kilómetros de profundidad. Se originó por la subducción de la placa Coco en la del Caribe en la misma zona de ruptura del terremoto pasado.
Juan Segura, del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), confirmó esos datos y dijo que hasta ayer la réplica más fuerte había sido la del 8 de setiembre, de 5,6 grados .
Nosara fue el sitio donde el temblor se percibió con más intensidad, durante 25 segundos, según el reporte del Laboratorio de Ingeniería Sísmica (LIS) de la UCR. En las estaciones de Cóbano, Santa Cruz y Fraijanes se percibió como moderado.
A las 7:55 p. m., el Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS) registró una réplica de 4,5 grados. El sistema 911 informó de que durante los primeros minutos del temblor hubo 80 llamadas de personas. De estas, se enviaron 39 incidentes a la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE).
Reportes. Los vecinos de Grecia, Alajuela, especialmente del centro del cantón, reportaron movimientos fuertes, pero ningún daño de consideración.
Allí, la central telefónica de la Cruz Roja se saturó por la gran cantidad de reportes por crisis nerviosas, especialmente de adultos mayores.
Similar situación ocurrió en Santa Cruz (Guanacaste), donde los paramédicos atendieron a dos personas por desmayo y nervios.
En Puntarenas, el sismo se sintió bastante fuerte y las autoridades del Hospital Monseñor Sanabria evacuaron en su totalidad el edificio como parte del protocolo.
En la zona del Pacífico central no se registraron daños importantes ni caída de objetos. Aquí, el sismo se sintió corto y medianamente intenso, no tan fuerte como el del 5 de setiembre.
Brigadas del Cuerpo de Bomberos de Parrita, Quepos y Garabito realizaron seguimiento de posibles daños, pero no se registraron emergencias que obligaran a salir de las estaciones a las unidades.
Pablo Zúñiga, vecino de Cartago, relató que se encontraba en la Escuela Ascensión Esquivel. “Estábamos en una reunión del grupo de mi hija, porque hoy entregaban los exámenes, cuando se empezó a sentir el sismo. Algunas mamás salieron al patio de la escuela y el timbre empezó a sonar para que todos saliéramos en calma”.
Colaboraron Luis Miguel Herrera, Hulda Miranda, Cinthya Bran, Andrés Garita y Mario Guevara.