
“Queremos que Costa Rica haga luto con nosotros”. Con estas palabras, Priscilla López, hermana de Luis Roberto López Angulo, describe el dolor que siente tras la muerte del corredor de 47 años, quien fue atropellado el sábado 13 de diciembre en Ipís de Goicoechea.
Esa mañana, Luis, conocido como Luigi o Topo, entrenaba para su siguiente competencia. Corría por la acera, frente a los tanques del Instituto de Acueductos y Alcantarillados (AYA), cuando un vehículo a alta velocidad invadió la zona peatonal y lo embistió. Murió de inmediato.
Topo era hijo del maratonista olímpico Luis López Roger, quien representó a Costa Rica en Seúl 1988 y Barcelona 1992. Priscilla pidió a Costa Rica que comparta el dolor que aqueja a su familia, “que la gente haga un poco de conciencia de todo lo malo que se está haciendo, invitar al país a pensar un poco más de lo que estamos haciendo mal”, manifestó.
La hermana señaló que la prioridad ahora es la salud física y mental de su padre, quien está emocionalmente devastado. “Lo único que se sabe es que el conductor iba a velocidad temeraria, un joven de 24 años”, agregó Priscilla.
Al recordar a su hermano, Priscilla lo describió como una persona alegre y jovial. “¿Cómo era él? Siempre una sonrisa, siempre buscaba ser mejor, seguir el ejemplo de mi papá, que mi papá es un hombre honorable y luchador, siempre dando muestras de cariño, Luis cuidaba a mi papá, a mi mamá”, relató.
Los proyectos de Luigi eran simples pero llenos de esperanza: “Ser mejor, correr, llevar un estilo de vida saludable, chinear a mi papá, cocinar, porque cocinaba rico”, recordó su hermana.

“No perdí a un yerno, perdí a un hijo, un hijo de verdad”.
Margarita Moya, suegra de Luis, contó que el sábado, como todos los días, Luigi salió a correr, pero al llegar al portón de su casa, se devolvió por un instante, una decisión que terminó siendo mortal.
“Él salió, pero de momento cuando vuelvo a ver, observo que se devolvió para decirle a su perro Tomás: ‘¡suba!’ (a la segunda planta), si él hubiera esperado un poquito más aquí, se hubiera evitado eso, pero él sabía que estaba cumpliendo el horario como deportista profesional, voló para el lado de Guadalupe”, dijo doña Margarita, en alusión a lo rápido que corría su yerno.
Minutos después, Luis, quien vivía a menos de 500 metros del sitio donde ocurrió la tragedia, fue impactado por un carro que se salió de la vía mientras él corría por la acera. Las autoridades aplicaron la prueba de alcohol al conductor del carro y se descartó que estuviera bajo efectos etílicos.
Ese punto de la vía, en pendiente, se caracteriza por un tránsito vehicular intenso y porque los autos que se desplazan de oeste a este viajan a muy alta velocidad.
“Ya tenía su ropa lista para la San Silvestre”
Doña Margarita recuerda que Luis era “una persona de inmensos valores morales y espirituales, siempre daba lo mejor a todas las personas y en especial a mí, estaba pendiente de mi salud, aquí en la comunidad todos lo querían”.
Luis se preparaba para la carrera San Silvestre que se corre cada 31 de diciembre aquí y en varios países. “Ya tenía todo, su ropa, sus cosas, su tiempo, su horario, él era muy estricto en sus horas de preparación todos los días”, manifestó su suegra, quien ahora no puede creer que esos planes quedaron truncados.
Pero Luigi no solo era un atleta dedicado, también era un cocinero talentoso, según rememoran sus familiares. “¡Era un chef!, su mamá le enseñó, lo que cocinaba era exquisito, las sopas eran increíbles, hacía platillos naturales, cocinaba una yuca con carne deliciosa, también un puré de camote muy rico”, recordó doña Margarita con nostalgia.
La suegra del corredor no puede olvidar las palabras de su hija cuando supieron de la trágica muerte de Luis: “Me dice, mamá, ¿qué voy a hacer ahora sin él? y yo le dije: tranquila que él no se ha ido y no se va a ir de aquí”.
Seguía los pasos de su ídolo
Luis era un gran admirador de su padre, quien era su ídolo. “Luigi quería llegar a tomar el mismo lugar que su papá, lo hizo su ídolo, todos lo apoyaron en la familia”, señaló doña Margarita, quien considera que “es un tesoro muy grande lo que ha perdido Costa Rica”.
Priscilla hizo un llamado a la conciencia ciudadana y a la conducción responsable. “Que piensen antes de agarrar un automóvil, si no sé manejar no lo agarro, si estoy tomado no lo agarro, hay lugares que no son para ir a velocidades temerarias, hoy fue mi hermano, me pasó a mí, le pude pasar a cualquier otro”, advirtió.

A la persona que provocó el accidente y a su familia, Priscilla les solicitó reflexionar. “Les pido que hagan su propio examen de conciencia, que piensen, mediten, se agarren de Dios y que sean mejores personas, no les deseo nada malo, no les deseo nada bueno, simplemente que ojalá esto no vuelva a suceder”, manifestó.
La mujer invitó a la población a que se manifieste en contra de la violencia en carretera y a la vez que se rinda un homenaje a su hermano. “Sería muy lindo que la gente y todos los deportistas de Costa Rica hagan una caminata, una marcha, que levanten su voz y usen una camiseta para decir no a la conducción temeraria”.
Doña Margarita también pidió justicia para Luigi. “Tiene que haber justicia, fue un ser humano que merecía respeto, dignidad y amor que es lo que necesita Costa Rica en este momento. Todos los que se dedican a sus deportes tienen derecho a tener calidad de vida y defensa para andar en las carreteras”, concluyó.

