
Tras el hallazgo de un bebé recién nacido en un botadero de basura en Hatillo 4, este miércoles por la mañana, el Ministerio Público recibió la denuncia del caso y el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) puso en marcha las investigaciones para esclarecer los hechos y dar con la persona que abandonó al menor entre desechos y aguas negras.
Así lo confirmó a La Nación María Fernanda Chinchilla Jara, jefa de Trabajo Social del Área de Salud de Hatillo. Chinchilla detalló que, una vez se reportó el hallazgo del niño, se activaron los protocolos institucionales por negligencia o abandono.
Por ello, se coordinó con el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) y, desde el servicio de emergencias de la Clínica Solón Núñez, donde fue atendido en primera instancia el bebé, se generó la alerta al Ministerio Público y al Hospital Nacional de Niños.
Posteriormente, afirma que se coordinó vía telefónica con el Departamento de Inspecciones Oculares del OIJ, cuyos agentes se presentaron al centro de salud para retirar la ropa del niño y someterla a análisis.
El bebé, con hipotermia, fue estabilizado y luego trasladado en ambulancia al Hospital Nacional de Niños, donde permanece estable y a la espera del alta médica.
De acuerdo con el parte del doctor Carlos Jiménez, director del centro médico, el bebé nació a término y está tolerando la alimentación que se le brinda en el centro; sin embargo, los especialistas a cargo están a la espera de los resultados de cultivos bacterianos que se le realizaron, debido a que el ambiente en el que se halló pudo haberle generado un proceso infeccioso.
La oficina local del PANI en Hatillo informó que asumirá la representación legal del bebé y, una vez que salga del hospital, le asignará un nombre.
El departamento de prensa de la institución confirmó a este medio que, en principio, el niño ingresará a una alternativa de acogimiento familiar, una medida temporal de protección que tiene como finalidad brindarle una familia idónea y adecuada a sus necesidades, características y condiciones.

Resumen del caso
En horas de la mañana del 12 de noviembre, el llanto de un bebé guió a oficiales de la Fuerza Pública hacia el botadero donde lo encontraron boca arriba y con el cordón umbilical adherido a su cuerpo.
Todavía no se sabe cuál es su fecha de nacimiento ni quiénes son sus padres. Francisco Antonio Quirós Campos fue el oficial que no lo pensó dos veces e interrumpió su recorrido en Sagrada Familia, para atender el incidente en las inmediaciones de la rotonda del sector conocido como Rancho Guanacaste.
Intentó calentarlo abriéndose la camisa del uniforme y pegándolo a su pecho y corrió hasta la patrulla que lo condujo a la clínica y luego al centro médico especializado.
Según el artículo 142 del Código Penal, se imponen penas de seis meses a tres años de cárcel a quien ponga en grave peligro la salud o la vida de alguien “al colocarlo en estado de desamparo físico, sea abandonando a su suerte a una persona incapaz de valerse a sí misma, y a la que deba mantener o cuidar o a la que el mismo autor haya incapacitado”.
