
Una operación antidrogas en el Pacífico que comenzó la tarde del viernes y culminó este sábado, permitió interceptar una embarcación que transportaba casi una tonelada de droga.
Los tripulantes, al observar la presencia de los guardacostas, intentaron darse a la fuga.
Fue así como se emprendió un intenso seguimiento en el mar hasta que la embarcación sospechosa encalló en Punta Violines de Sierpe, cantón de Osa, provincia de Puntarenas.
Después de un tiroteo, que fue captado en video por turistas y lugareños quienes la tarde del viernes estaban en ese sector costero, la nave se atascó en la arena y los tripulantes se adentraron por las montañas del sector.
De inmediato, el Servicio de Vigilancia Aérea (SVA) colaboró desde el aire y la Policía de Fronteras ejecutó un rastreo por tierra en un terreno complicado y de difícil acceso.
Fue así como los oficiales detuvieron a los sospechosos, cinco costarricenses y un colombiano que huían a pie.
El suramericano detenido es de apellidos Olave Águlo, y con él viajaban cinco ticos, de los cuales cuatro tienen antecedentes policiales por delitos de narcotráfico, violencia doméstica, portación de armas prohibidas, conducción temeraria y desobediencia a la autoridad.
Los ticos se apellidan López Porras, de 29 años; Chaves Solano, también de 29 años y Álvarez Vásquez, de 27.
También Mora Matarrita y Badilla Martínez, ambos de 23 años.
Los seis detenidos y la lancha fueron trasladados hasta la Estación del Servicio Nacional de Guardacostas en Quepos para las diligencias correspondientes por parte de la Policía Control de Drogas (PCD).
En ese lugar, la PCD confirmó que el cargamento consistía en 943 paquetes de marihuana y tres paquetes de cocaína cada uno con un peso aproximado a un kilogramo, a los que se suman otros tres kilos de marihuana que iban en varios paquetes pequeños, para un total de 949 kilos de marihuana y tres kilos de cocaína decomisados.
Además de este cargamento de droga, los oficiales se incautaron de ¢58.000 y 14.000 pesos colombianos (¢2.500) en efectivo, equipo electrónico, cuatro pichingas y tres estañones para combustible, así como la embarcación y dos motores de 300 caballos de fuerza cada uno.
El año pasado, los decomisos de droga alcanzaron una cifra récord, que superó las 70 toneladas, la mayoría decomisadas en el litoral Pacífico.
