
María Reina, en Hatillo, a solo cuatro kilómetros de la catedral Metropolitana, es un punto de dolor para las autoridades. No importa cuántos operativos se hagan en la zona y cuántas personas resulten detenidas. En poco tiempo, las estructuras delincuenciales se reacomodan y esa venta a cielo abierto de narcóticos vuelve a “prosperar”.
Es el “mall de las drogas en la capital”, sostiene sin titubear el fiscal adjunto Mauricio Boraschi, quien ha participado en decenas de intervenciones policiales y judiciales en la zona.
Desde María Reina salen la cocaína, la marihuana y el crack que pueden abastecer a delincuentes y comerciantes del resto de la capital e incluso de ciertos puntos en el resto del país.
Este jueves, al menos 200 oficiales de la Policía Control de Drogas (PCD) y fiscales volvieron a tomar la comunidad. El operativo pretendía detener la mayor cantidad posible de vendedores de drogas y cabecillas de grupos dedicados al narcotráfico.

En solo una tarde, y luego de 13 allanamientos, las autoridades decomisaron más de 14.000 dosis de diferentes drogas. Según el reporte de la PCD, se trató de 7.333 envoltorios de crack, 280 dosis de éxtasis, 17 dosis de MDMA (metilenedioximetanfetamina, la base del éxtasis), 49 dosis de cocaína rosada o Tusi, 143 dosis y un frasco de ketamina (anestésico) y 41 dosis de cristal (metanfetaminas).
Además, había 2.479 dosis de cocaína y múltiples presentaciones de marihuana: 31 gramos de picadura, 848 cigarrillos, 19 recipientes con picadura de cripy y 2.907 dosis preparadas. En efectivo, los agentes se incautaron de ¢1.362.125.
Tomando en cuenta que una punta de cocaína cuesta ¢5.000, un cigarrillo de marihuana se vende de ¢1.000 y las piedras de crack cuestan entre ¢500 y ¢1.000, según su tamaño, el golpe fue millonario.
Solo en esos tres productos, las pérdidas para los narcotraficantes de la zona podrían superar los ¢20 millones.
“La cantidad de droga decomisada refleja la altísima rotación del producto ilícito o veneno que allí venden”, declaró Boraschi este viernes en declaraciones a La Nación.

“Para nosotros esta comunidad de María Reina o esta plaza, como se conoce a estos lugares donde se vende drogas en gran cantidad, era importante intervenirla. Este es el lugar donde se distribuyen más drogas en la capital”, aseveró la tarde del jueves el fiscal general, Carlo Díaz.
Por su parte, Stephen Madden, director de la PCD, explicó que las ganancias en esta barriada producto de la venta de drogas son millonarias. “Aquí se están generando ganancias de hasta de ¢3 millones diarios, entonces es muy rentable para estas estructuras”, explicó.
En el 2022, hace tres años, un búnker en la zona recaudaba ¢100 millones por semana en ventas de estupefacientes.
Delincuentes conocidos
El operativo concluyó con diez personas detenidas que, en apariencia, integran la organización narco que opera con violencia en ese punto. Algunos de los aprehendidos tienen antecedentes por homicidio, consumo y venta de drogas, lesiones, amenazas contra mujer y otros.
De ese total, ocho son hombres y dos son mujeres. Solo dos personas no contaban con antecedentes policiales o penales.
Uno de los aprehendidos es un hombre de apellidos Alpízar Jiménez, quien cuenta con antecedentes por introducción de droga a centro penal, venta de droga, daños agravados y portación ilegal de arma.

Asimismo, Flores Porras acumula un expediente por tenencia, consumo y venta de droga, portación de arma prohibida, robo agravado y transporte de droga.
Angulo Campos ya ha sido pasado por tenencia y consumo de droga, venta de drogas y homicidio simple; Méndez Alvarado, por tenencia y consumo de droga, daños y conducción temeraria y Montes Carrillo tiene historial de partes policiales por consumo y tenencia de drogas.

Además figura un hombre de apellidos Masís Espinoza, con antecedentes por tenencia y consumo de droga, lesiones y amenazas contra mujer y otro sujeto de apellidos Segura Fuentes, con expediente por tenencia y consumo de droga y agresión física.
A la lista se suma una mujer de apellidos Cortes Badilla, con expediente judicial por introducción de drogas a un centro penal.
Las únicas dos personas aprehendidas sin antecedentes son un sujeto de apellidos Amador Pastor y una mujer identificada como Umaña Castro.
Todos los detenidos fueron llevados al Ministerio Público donde los fiscales podrían solicitar medidas cautelares en su contra, que se discutirían en una audiencia en el juzgado posteriormente.


Además de la gran cantidad y variedad de drogas y el dinero en efectivo, este jueves se decomisó un arma de fuego, un chaleco antibalas, tres radios de comunicación, un dron y una cantidad importante de pólvora.
Los drones figuran cada vez más entre los bienes incautados a los narcos, pues los utilizan para vigilar el barrio y anticiparse a la llegada de las autoridades.
Precisamente, el operativo de ese día se denominó Troya, en referencia a la estrategia del rey Menelao de Esparta que, según la mitología griega, se escondió en un enorme caballo de madera, junto a otros guerreros griegos, para entrar a la ciudad a rescatar a su esposa Helena, secuestrada por Paris, hijo del rey Príamo de Troya.
En lugar de caballos de madera, los agentes tomaron la comunidad por sorpresa en las viejas microbuses de la Fuerza Pública.

