Santiago Delgado Ramírez, un joven de 15 años, perdió contacto con su familia la tarde del miércoles 7 de mayo. Tras ocho días desaparecido y sin respuestas, su madre, Melania Ramírez, solicita refuerzos a las autoridades para buscar a su hijo en el río Virilla, en las inmediaciones de donde se le vio por última vez.
Santiago tomó un Uber a las 6:23 p. m. del miércoles, que lo dejó frente al centro comercial La Cartonera, en Lindora. El joven fue reportado como desaparecido un día después ante el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Ante reportes de que Santiago viajó en Uber el día que desapareció, la plataforma indicó, a través de un comunicado de prensa, que “el último viaje que realizó Santiago con la app de Uber finalizó de manera normal en el punto ingresado como destino, y el socio colaborador continuó realizando más viajes inmediatamente a través de la app”.
En apariencia, Santiago habría descendido del vehículo y se habría dirigido hacia el puente que atraviesa el río Virilla y comunica Lindora con el cantón de Belén. Ahí, se perdió su rastro.
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“Hay muchas líneas (de investigación), ahorita la solicitud que estamos haciendo es de refuerzos, hicimos la solicitud de que hubiera un poco más de refuerzos por parte del gobierno: más investigadores, más cuerpo operativo en el río”, afirmó Ramírez, la madre del joven, a La Nación.

Ella asegura que Santiago fue víctima de bullying durante años en distintas instituciones. Como consecuencia de ese pasado, enfrentaba problemas de sueño, altos niveles de estrés y fue diagnosticado con ansiedad. Actualmente toma medicación para sobrellevarlo.
“Ya cuando nosotros lo comenzamos a tratar, ya él había acumulado mucho sufrimiento. El bullying ya había calado muy internamente. Él comenzó a hablar cuándo comenzó con su ansiedad, con su estrés, a los 12 años, pero ya llevaba 8 años de ser ‘bulleado’ en diferentes instituciones”, lamentó su madre.
En medio del dolor y la abrumadora cantidad de información que recibe sobre el posible paradero de Santiago, a doña Melania le resulta difícil “leer su corazón”. Sin embargo, no descarta que la respuesta esté en ese puente.
Allí, afirma, no llegan las cámaras de seguridad y no hay suficiente iluminación durante la noche. Ella y su familia piden a las autoridades instalar cámaras de alto alcance en el rango del puente, un sitio que describe como peligroso para alguien que “ande desbordado” o esté “lidiando con problemas”.
“En las líneas de investigaciones todo es una posibilidad. Si hubiera cámara, sabríamos... pero no sabemos”, dice Ramírez.
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Santiago no había desaparecido de esta forma antes. Su madre rememora solo una ocasión en la que, por al menos 10 minutos, no sabían nada de él, pero pronto les avisó que había salido a dar un paseo por el mall.
Información de posibles paraderos
Mientras las investigaciones avanzan, los familiares de Santiago tampoco descartan que esté en algún otro lado del país. De hecho, sus allegados se han organizado para dar seguimiento a la información que constantemente les llega sobre posibles paraderos.
Los han contactado para decirles que vieron a Santiago en Heredia, e incluso en Pérez Zeledón. Cuando esto sucede, se contactan con las autoridades y se movilizan al sitio en busca de respuestas.
“Estoy con tanto dolor que no se ya ni qué pensar, después de nueve días, ocho días, no sé ni cuánto ha pasado, no sé ni qué pensar”, dice su mamá, a la vez que lanza un llamado para detener el bullying en las instituciones educativas y tomar conciencia sobre las consecuencias y las secuelas que tiene en la vida de un joven.
