
La familia Lara mantuvo control sobre su organización criminal gracias a que el líder, apellidado Lara Villanea, le daba indicaciones desde la cárcel a su hijo, Lara Navarro.
Así lo aseguró este lunes el fiscal encargado de ese caso, Byron Corrales, en el programa radial Frecuencia MP, donde el fiscal detalló sobre el juicio finalizado el miércoles con una condena contra 13 integrantes de la organización, responsables, entre otros crímenes, del homicidio de un menor de 14 años el 24 de febrero del 2021, en Paso Ancho de San Sebastián, San José.
El cabecilla y su hermano habían sido condenados por narcotráfico desde el 29 de mayo del 2023, pero eso no impidió que la banda siguiera funcionando y cometiendo delitos desde prisión, sostiene el fiscal.
“Cuando se empieza esta interrelación entre los líderes con quienes ejercían el control estando en libertad, se logra determinar que la vinculación era el hijo de uno de estos líderes”, declaró Corrales.
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“Este sujeto (Lara Navarro) recibía órdenes desde el centro penal, tanto de su padre como uno de sus tíos, él se dedicaba a coordinar y dar directrices a otros miembros de la estructura”, agregó el fiscal.
La banda comenzó a establecerse en Sagrada Familia hace 15 años, luego se expandió a otros barrios del sur como Hatillo y San Sebastián. Sin embargo, con tal de consolidar su poder en su barrio principal, los integrantes de la organización comenzaron a extorsionar a sus vecinos para que abandonaran la zona.
Las propiedades y los terrenos que se obtenían eran inscritos a nombre de terceras personas, testaferros de confianza de los Lara.
Los cabecillas son dos hermanos de apellidos Lara Villanea de 49 y 37 años. El mayor es considerado como el que dirigía las acciones delictivas, mientras que su hermano era el jefe operacional. Son descritos por las autoridades judiciales como una organización piramidal, que manejaba grandes cantidades de dinero y era uno de los mayores grupos narco del sur de San José.
La banda extendió sus dominios a zonas como Santa Ana, en San José y Jacó, en Garabito. En este último sitio tenían un amplio mercado, principalmente de turistas y el cual les generaba elevadas ganancias, informó el OIJ.
La sentencia
La Fiscalía Adjunta contra el Narcotráfico y Delitos Conexos detalló el viernes que el miércoles, el Tribunal Penal de Desamparados dictó sentencia contra el líder J. J. Lara Villanea, además de Sánchez Aguilar, Barth Arburola, quienes fueron hallados culpables por el homicidio del menor de 14 años y por cinco tentativas de homicidio.
Se dictaron condenas de entre 134 y 167 años de prisión contra los tres imputados, las cuales fueron readecuadas a 50 años, la pena máxima permitida por la legislación costarricense.
En setiembre del 2024, otros nueve integrantes habían recibido penas de entre nueve y doce años de prisión, tras someterse a un procedimiento especial abreviado, aceptar los hechos imputados por la Fiscalía y reconocer que se dedicaron al tráfico de drogas, principalmente en Sagrada Familia y sectores de Hatillo.
