Este miércoles el Tribunal Penal de Heredia absolvió por duda a Carlos Andrés Pérez Hernández, médico especializado en radiología, quien era el único acusado por el asesinato de su esposa, María del Carmen Tacsan Ulate, ocurrido en setiembre de 2020 en la casa donde el matrimonio habitaba en San Rafael de Heredia.
Pese a que los jueces dieron cierto que María del Carmen fue asesinada, “no se pudo determinar en el debate es que haya sido Pérez Hernández el autor. Desde ese punto de vista, no podemos asegurar que la manera de muerte desde el punto de vista jurídico sea la misma que la médico legal”, enfatizó el juez Juan Carlos Morales al leer el por tanto, respaldado por el resto de integrantes del tribunal, Siany Mata, y Guillermo Ampié.
Así las cosas, y bajo el el principio in dubio pro reo, es decir, por duda, no pudo responsabilizarse del asesinato.
Este es un resumen de las razones por las cuáles Pérez no fue condenado:
El tribunal detectó inconsistencias en el detalle de llamadas telefónicas que se realizaron entre la fallecida y su madre el día de los hechos a una hora en la que, se presume, la víctima ya había muerto.
En diciembre del 2020, doña Carmen Ulate, la mamá de María del Carmen, le indicó a la fiscal que ella conversó con su hija el día del asesinato, empero en el debate la progenitora dijo que no se acordaba y que no había hablado con María ese día, citó el juez Morales.
“Se indicó que se habían enviado unos mensajes que no fueron escritos por María Tacsan y Pérez habría suplantado su identidad. Se plantearon diversas posibilidades como que Pérez se llevó el teléfono de su esposa, pero de la investigación lo que resulta es que su celular estaba consumiendo datos móviles de la misma radio base de su apartamento, lo que descarta que fuera sacado de la vivienda”, añadió.
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Decenas de mujeres acudieron a escuchar el fallo por el asesinato de María del Carmen Tacsan. (JOHN DURAN)
También hubo falencias en la toma de prueba en la escena del crimen y la forma en que se realizó la autopsia.
Por ejemplo, el patólogo de apellidos Peña Coto indicó tres días después de realizar la autopsia que la víctima tenía una fractura en el hueso hioides y que esa lesión se asemejaba a una asfixia ocasionada por una llave de artes marciales o presión en el cuello con un paño o almohada.
No obstante, en marzo de 2022, Peña afirmó desconocer la fractura y más bien descartó que el hueso se hubiese quebrado.
Los jueces también criticaron que no se tomó la suficiente evidencia en la escena del crimen y que algunas de las heridas como una que María tenía en el abdomen, ni siquiera fue fotografiada.
“Ha habido dudas en la data de la muerte, ha habido dudas entorno a la finalidad de las lesiones de arma blanca, ha habido dudas en relación con la lidocaína”, precisó Morales.
Sobre el fármaco tampoco logró determinarse cómo se obtuvo, ni se realizó ninguna indagación en el hospital de Liberia donde trabajaba Pérez al momento del homicidio, para aclarar si faltaba un frasco del medicamento o se sustrajo alguna muestra.
Tanto la Fiscalía como la familia de la fallecida podrían apelar el fallo, pero hasta ahora no ha trascendido la decisión de las partes.
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