Más de un centenar de personas aglomeradas e incumpliendo los protocolos y medidas para prevenir el contagio de covid-19, fueron sorprendidas por las autoridades en una gallera en La Cruz, Guanacaste.
Además del maltrato animal, las autoridades detectaron la presencia de niños y adolescentes en un ambiente de venta de drogas, apuestas, expendio ilegal de bebidas alcohólicas y múltiples violaciones a las normas sanitarias establecidas por el Ministerio de Salud.
La Fuerza Pública encontró dos puchos de marihuana, algunas dosis de cocaína y 182 cervezas que consumían los asistentes a la actividad del pasado domingo 11 de abril.
La gallera estaba en un potrero en San Dimas de La Cruz, frontera con Nicaragua, donde se hallaron 31 animales de pelea, dos de ellos muertos.
La Policía también se incautó de 26 espuelas de carey y 40 cuchillas para gallos. Estas últimas son adheridas a los animales para los ataques, lo que provoca que las aves sufran graves lesiones y hasta la muerte.
Según Rodrigo Alfaro, subdirector regional de la Fuerza Pública de la frontera norte, al menos 100 de las personas no tuvieron tiempo de huir cuando los oficiales llegaron, aunque algunos escaparon a pie por los potreros, charrales y a la orilla de un río cercano.
Además de la Fuerza Pública y la Policía de Fronteras, también se contó con la participación de agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), así como funcionarios del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) y del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac).
En medio de ese ambiente de ilegalidad e insalubridad, fue encontrada una madre con dos niños, por lo cual las autoridades policiales remitieron el respectivo informe ante el Patronato Nacional de la Infancia (PANI).
El funcionamiento de la gallera fue denunciado ante las autoridades judiciales, el municipio y otras entidades, que determinarán las posibles faltas en que incurrieron los organizadores y asistentes.
Con esta suman tres las galleras intervenidas en esa provincia en lo que va del año.
Generalmente la convocatoria para estas actividades se hace de forma clandestina y se busca una ubicación retirada.
Otras dos galleras en Guanacaste
El 31 de enero en una gallera de Santa Bárbara, Santa Cruz, se decomisaron varios artículos usados para peleas y se detuvo a un sujeto con orden de captura por abusos sexuales contra persona menor de edad.
El 6 de febrero en otra actividad similar, intervenida en Llanos de Cortés, Bagaces, había 23 gallos vivos y dos muertos y también se denunció la presencia de menores.
No solo Guanacaste es escenario de estas actividades. Otro caso reciente tuvo lugar el 31 de enero en el Valle La Estrella, Limón, donde también se logró el decomiso de 25 gallos, dos de ellos sin vida, los cuales quedaron en manos de personal de Senasa.
En marzo del año pasado en Guararí, Heredia, ocho personas, con 30 gallos, fueron sorprendidas por la Policía en una propiedad privada. El caso quedó en el Tribunal de Flagrancia.
La Ley de Bienestar Animal (N.° 7451) prohíbe desde el 2017 estas actividades debido al maltrato sufrido por los gallos.
Aunque algunos se oponen a la prohibición, por estimar que es una actividad de arraigo cultural, lo cierto es que esa normativa establece prisión de tres meses a un año contra quien organice, propicie o ejecute peleas entre animales de cualquier especie, sin excepción alguna, en el territorio nacional.
También dicta multas contra quien, con el fin de organizar peleas entre animales, promueva o realice la cría, la hibridación o el adiestramiento de animales para aumentar su peligrosidad.