La Fiscalía Adjunta de Liberia decidió apelar la pena impuesta a un trailero, quien el 8 de julio anterior fue sentenciado a siete años y dos meses de prisión por tres delitos de homicidio culposo, en perjuicio de tres estadounidenses, y uno de lesiones culposas en contra una persona cuya nacionalidad no trascendió. En el juicio se determinó que el conductor, de apellidos Sánchez Ceceña, iba en estado de ebriedad cuando invadió el carril contrario y colisionó de frente con la buseta en la que viajaban las víctimas.
En este percance, registrado el 18 de octubre del 2019 en la noche en La Cruz, Guanacaste, exactamente a siete kilómetros de la entrada del Parque Nacional Santa Rosa, también murió el costarricense Eduardo Antonio Arrieta Astudillo, de 34 años; sin embargo, previo al debate, exactamente el 4 de febrero del 2021, se dictó un sobreseimiento definitivo a favor del chofer del camión pesado por este deceso, según detalla la sentencia 225–2021, de la cual La Nación tiene copia.
De acuerdo con el documento, en el debate se le impuso a Sánchez una pena de siete años de cárcel por la muerte de Andrew y Jennifer Niemiec, ambos de 46 años, y Steven Williams, de 50. Los dos meses restantes corresponden a las lesiones que sufrió otra de las pasajeras del microbús turístico, el cual se dirigía a Liberia cuando sobrevino la tragedia. Asimismo, el hombre fue inhabilitado para conducir por los próximos siete años.
“Se ha logrado determinar pericialmente que el imputado conducía ese vehículo, tipo camión, con una concentración de alcohol en aire de 0,87 mg/l; es decir, que estaba con una concentración de alcohol en aire muy excesiva, que representaba más del doble del mínimo legal establecido (que es de 0,38 mg/l). De ahí que al estar en ese estado menos posibilidades tenía de haber podido controlar el vehículo, tipo camión, con el que dio muerte y lesionó la integridad física de los ofendidos”, detalla la sentencia, que fue dictada por mayoría.
El juez Esteban López Cambronero salvó el voto, ya que consideró que al ocurrir todo en un mismo momento se trataba de un único delito de homicidio culposo y no de tres como lo determinaron sus compañeros, Andrea Arauz Cabrera y Mario Alberto Guido Jiménez. A partir de su posición, López se inclinaba por un castigo carcelario de seis años y cuatro meses, es decir, ocho meses menos que los otros dos integrantes del Tribunal Penal de Liberia.
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Después de analizar la sentencia integral de este caso, expuesta el 15 de julio pasado, la Fiscalía Adjunta de Liberia indicó que “presentó una apelación a la pena impuesta. A la fecha, dicho recurso no ha sido resuelto por el Tribunal de Apelación de la localidad, por lo que, por el momento, esta es toda la información que se puede brindar”.
En la etapa de conclusiones, la fiscala Ligia Lacayo Rosales, había solicitado ocho años de cárcel contra Sánchez por tres delitos de homicidio culposo, en concurso ideal con un delito de lesiones culposas. En tanto, la defensora pública, Marcela Campos Cerdas, pidió la absolutoria de su representado por el principio de indubio pro reo (por duda), pero agregó que en caso de considerarlo culpable de los ilícitos acusados se le impusiera una pena de tres años de encarcelamiento y se le otorgara el beneficio de ejecución de la pena, que permitiera ponerlo a la orden de Migración y Extranjería para que se resolviera su situación jurídica migratoria.
Arrepentido
Sánchez, de nacionalidad salvadoreña, ha estado durante todo el proceso en prisión preventiva, ya que no contaba con arraigos procesales en Costa Rica, tomando en cuenta que estaba en el país por su trabajo como camionero. Al dar a conocer la pena, los jueces extendieron esa medida cautelar por ocho meses, mientras la sentencia adquiere firmeza.
En el contradictorio el hombre declaró y reconoció que se había tomado un trago en Liberia, a unos 40 kilómetros de donde ocurrió el accidente. “Salí de Cartago como a eso de las 10:30 a. m. rumbo a Peñas Blancas. En todo el trayecto solo hice una parada en una bahía antes de llegar a Liberia y ahí me encontré con unos amigos, me dieron algo de comer, ya que no había almorzado. Ellos iban para San José y yo iba para Peñas Blancas. Después de que comimos me dieron un trago que les acepté. La mayoría de camioneros, para hacer mejor digestión, se toman un trago con agua. Ellos se fueron y lastimosamente sucedió lo que pasó”, relató.
Sánchez aseguró que no excedió la velocidad porque el vehículo pesado contaba con un GPS con el que se controlaba ese parámetro y dijo estar arrepentido por lo ocurrido. “Nunca he querido hacer el mal a nadie (...). Le pido perdón a Dios y disculpa a ustedes. Yo me sentí mal y le rogaba a Dios que me ayudara (...). Mi esposa es diabética y cuando recibió esa noticia se puso mal, ella falleció el 28 de febrero del 2020, cuando estuve cuatro meses detenido”, relató a los juzgadores, a quienes pidió considerar su situación.
La investigación del caso se agrupó dentro del expediente 19–002471–060–PE.
Las víctimas
Los esposos Andrew y Jennifer Niemiec eran vecinos de la ciudad de Milwaukee, Wisconsin, y visitaban Costa Rica como parte de un viaje de turismo. Medios norteamericanos reseñaron en su momento que eran padres de dos hijas. En tanto, The Journal Times señaló que Steven Williams, de 50 años, era un comerciante de Milwaukee, quien laboraba en una empresa de carga.
Por su parte, Eduardo Arrieta había nacido en Jalisco, México, pero desde pequeño vivió en territorio tico, por lo que tenía nacionalidad costarricense.