Dos jóvenes de apellidos Avendaño Badilla y Monge Segura, ambos de 24 años, cumplirán 26 años de prisión cada uno por su participación en un triple homicidio ocurrido en una fiesta clandestina el 30 de enero de 2022, en una bodega en Guápiles.
De acuerdo con el informe preliminar del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), los hechos con los que se les relacionó ocurrieron en un festejo que se desarrolló en unas bodegas cercanas a la ruta 32. La actividad era clandestina debido a que en ese tiempo, por la emergencia de la COVID-19, el Ministerio de Salud había prohibido eventos multitudinarios para reducir los contagios.
Las víctimas de la balacera, suscitada tras una riña, fueron Ariel Alexánder Cubillo Solano, de 30 años; Bernol Enrique Flores Villalobos, de 25; y Antony Guillermo González Cruz, de 26.

Los sospechosos fueron detenidos el 30 de mayo de 2023 en Purral de Goicoechea, San José, y en Corralillo de Cartago.
En el operativo de captura de Avendaño y Monge se decomisaron un arma de fuego, droga, dinero y algunas prendas que los vinculaban con los hechos. Todo ello fue prueba fundamental para la sentencia condenatoria dictada por el Tribunal Penal de Guápiles. Aún queda pendiente la captura de un tercer implicado, que al parecer es de apellidos Guzmán Lara, de 30 años.
Flores falleció en el lugar, mientras que Antony González y Ariel Alexánder Cubillo murieron en el hospital local a causa de las lesiones que presentaban.
Cubillo Solano, de 30 años, era vecino de Guápiles y trabajaba como entrenador personal. Era propietario del gimnasio Iron Training, ubicado en Guápiles, y también se desempeñaba como DJ. Años atrás había sido miembro de la Banda Comunal de Pococí.
Flores Villalobos, de 25 años, era soltero, sin hijos, y vecino de Guápiles. Aunque estaba desempleado en ese momento, había trabajado como bodeguero y taxista pirata. Su cuerpo quedó tendido a unos 40 metros de la entrada de la bodega, con impactos de bala en la parte posterior de la cabeza y en el tórax.
González Cruz, de 26 años, vivía en Horquetas de Sarapiquí, Heredia. Era soltero y padre de tres hijos. Falleció mientras era atendido en el Hospital de Guápiles.
En esa balacera, ocurrida en la madrugada de un domingo, resultaron heridas de bala cinco personas más. La fiesta clandestina había sido promovida por redes sociales y se pedía a los asistentes que llegaran en taxi.
La bodega era de unos 15 metros de largo por 10 de ancho y se estima que allí podrían estar presentes 100 personas al momento en que se produjo el tiroteo.
Jefferson Ronaldo Rivera Stuart, de 25 años, jugador de fútbol del Municipal Grecia, fue una de las cinco personas que resultaron heridas esa vez. Los otros eran de apellidos Rodríguez Sánchez, de 20 años, y Acuña Barrera, de 25, así como Arias González, de 20 años, que recibió una herida en la espalda y una mujer no identificada que sufrió una lesión en una rodilla.
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