
Un funcionario del Ministerio de Hacienda, de la caseta de control fronterizo en Sixaola, le habría pedido una “mordida” de ¢5.000 a un hombre a cambio de dejarlo ingresar mercadería a Costa Rica, la tarde de este jueves.
El sospechoso, de apellido Sáenz y de 32 años, fue luego detenido por agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Bribrí, tras ser denunciado por el hombre que pagó el monto, quien es un constructor de profesión. Él habría comprado, a eso de las 3:30 p. m. de ese día, una bomba para extraer agua y dos cajas de cerveza.
Cuando intentó pasar esos productos por la frontera, Sáenz le habría dicho que no podía ingresarlos al país y que serían decomisados. El denunciante, a su vez, le hizo saber que varias personas pasaban gran cantidad de mercadería de gran valor sin ningún impedimento.
Según se lee en la denuncia, el funcionario le pidió la cédula y se la retuvo, indicándole que si quería pasar la mercadería tenía que darle dinero a cambio.
El constructor le habría respondido que en su carro únicamente tenía ¢5.000, por lo que caminó al parqueo público donde se encontraba. Tras darle el dinero, el funcionario le regresó la cédula y le dejó pasar el producto
Una vez que salió del sector fronterizo, se desplazó a las oficinas del OIJ de Bribrí para presentar la denuncia.
La tarde del viernes, Sáenz estaba detenido en las celdas judiciales, para ser llevado en las próximas horas al Juzgado Penal, donde el Ministerio Público solicitaría medidas cautelares mientras se le investiga por presunta concusión.
Este delito es castigado con penas de dos a ocho años de cárcel para “el funcionario público que, abusando de su calidad o de sus funciones, obligare o indujere a alguien a dar o prometer indebidamente, para sí o para un tercero, un bien o un beneficio patrimonial”, según lo establece el artículo 355 del Código Penal.
