La tendencia en los últimos años apunta a nuevas formas de delinquir. Si bien las denuncias por hurtos, asaltos y robos han caído, los reportes por estafas digitales se dispararon recientemente, y en el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) enfrentan grandes desafíos para adaptarse a esta realidad.
“Aunque hemos hecho operativos importantes, como el de hoy (martes para el lector), hay alguna dificultad. También estamos detectando que estas páginas no son necesariamente diseñadas por costarricenses, sino que alguien desde Sudamérica diseña la página, vulnera el sistema y desde ese país toman el dinero digitalmente”, explicó el subdirector del OIJ, Michael Soto.
Soto aseguró que la cantidad de denuncias recibidas por fraudes informáticos está cerca de alcanzar la cifra de asaltos.
Las estadísticas del OIJ muestran que el año anterior hubo 9.759 denuncias por asaltos, frente a 7.227 estafas informáticas, una diferencia de 2.532 casos. En el 2019, la diferencia era de 12.192 casos: 15.786 asaltos frente a 3.594 fraudes informáticos.
Los datos detallan que entre el 2019 y el 2024, los reportes de delitos comunes (hurtos, robos y asaltos) pasaron de 49.200 a 34.239, una caída del 30%. Mientras que las denuncias por estafas informáticas se duplicaron en cuestión de cinco años.
La tendencia se mantiene al alza en los últimos meses. Los datos de enero del 2024 a marzo del 2025, muestran que el pico de denuncias se alcanzó en el mes más reciente, con 1.544 casos.

Dos modalidades de estafa
Soto explicó que hay dos grandes modalidades de estafa digital: las llamadas telefónicas de quienes se hacen pasar por empleados bancarios y los fraudes por medio de una página falsa, conocido como phishing.
El director de la carrera de Ciberseguridad de la Universidad Internacional Universae, Aldo González, hace un llamado urgente a contar con profesionales capacitados para combatir el cibercrimen.
“Desde una perspectiva de resiliencia nacional, estas cifras obligan a repensar la estrategia: no basta con parches reactivos; se requiere incorporar la gestión de riesgo cibernético en la gobernanza corporativa y en las políticas públicas“, insistió González.
Sin embargo, Soto, el subjefe del OIJ, consideró que la actual situación salarial de la institución les impide competir con el sector privado por el talento en computación.
“Nosotros tenemos ingenieros informáticos, los preparamos a lo interno, algunos con capacitación internacional, y cuando tienen alguna expertise importante, viene una empresa transnacional y se los lleva porque los salarios de ellos son mucho mejores”, explicó.

