
Agentes de la Sección de Homicidios del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) detuvieron este lunes a nueve personas, todos oficiales de Fuerza Pública, quienes figuran como sospechosas de homicidio y otros delitos.
Se trata de siete hombres que responden a los apellidos Chinchilla; de 34 años; Artavia, 39 años; Hernández, de 32; Venegas, de 38, Sánchez, de 26; y dos apellidados Arias, de 25 y 36 años; así como dos mujeres de apellidos Artavia (26) y Morales (27).
Todos quedaron a las órdenes del Ministerio Público, donde estaba previsto que se les tomara declaración indagatoria, para luego presentarse ante un juez para el dictado de posibles medidas cautelares.
Según el informe preliminar, los hechos ocurrieron el pasado 9 de febrero, cuando un hombre de apellido Reyes, de 44 años, fue detenido por oficiales de Fuerza Pública y trasladado a la delegación de Pavas. Minutos después, el sujeto fue declarado sin vida.
El reporte de patología forense determinó que el hombre sufrió quebraduras en sus costillas que terminaron lacerando su corazón, lo cual luego causó su muerte.
El director del OIJ, Rándall Zúñiga, informó que Reyes fue detenido ese día por presunta violencia doméstica. Una vez en celdas de Fuerza Pública, el individuo fue golpeado repetidas veces con un tubo.
De acuerdo con registros de cámaras en la delegación, Reyes estaba solo y fue atacado por cinco de los oficiales detenidos.
“Uno de ellos era el bitacorista de guardia a cargo de documentar lo sucedido y quien anotó datos falsos dentro del libro de guardia. Aparte de eso, se está imputando a cuatro personas más por omisión”, indicó Zúñiga.
Esas cuatro personas detenidas, quienes no actuaron para impedir la muerte de Reyes, incluyen al propio jefe de la delegación porque, cuando ingresó a labores, observó al sujeto visiblemente ensangrentado y tampoco hizo algo al respecto, agregó el director del OIJ.
