Hace varios lustros, mientras dispensaba combustibles en una gasolinera del centro de Guápiles, en Pococí, Geiner Zamora Hidalgo construía su proyecto personal: convertirse en agente del Organismo de Investigación Judicial.
Un sueño que disfrutó durante 15 años y ocho meses, periodo en el que estudió Derecho y Criminología y ascendió a jefe de la sección de Crimen Organizado en Pococí, y más recientemente como jefe interino de esa delegación caribeña. Ingresó en una camada de 500 agentes y fue considerado por sus compañeros como una “promesa del OIJ”.
Una promesa que se truncó este martes por la mañana, cuando se apagó su vida en el Hospital Calderón Guardia, cuatro días después de que un sicario lo atacara a quemarropa en un bar en Guápiles. Se presume que el sospechoso fue contratado por una organización criminal, que quiso frenar las investigaciones que Zamora hacía en su contra.
Su esposa, Susana Lazo, auxiliar judicial, lanzó un grito desesperado este lunes y urgió a las autoridades a no esperar más muertes perpetradas por el crimen organizado. En un mensaje directo al presidente de la Corte, Orlando Aguirre, la funcionaria urgió soluciones reales y definitivas para frenar el galope de la delincuencia. “Si logra encontrar esa solución, seré una de las primeras personas en ponerme a su servicio para actuar”, concluyó.

Geiner, de 38 años, papá de una niña de 11 años, escaló en la Policía Judicial gracias a su compromiso y habilidades. “Él lideró, una vez que conformaron la sección de Crimen Organizado, las investigaciones contra Alejandro Arias Monge, alias Diablo. Desde hace dos años llevó como jefe esa unidad aquí en Guápiles”, recordó un allegado del agente.
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Y no solo sabía del criminal más buscado del país, también le siguió la pista a las ramificaciones de Tonny Peña Rusell y de Jorge David Núñez Aguilar, de 30 años, conocido como “Coco Pastilla”, cabecilla de una organización que opera en Pococí, Turrialba y zonas aledañas.
Se presume que el grupo de Coco Pastilla estaría implicado en el atentado que cobró la vida de Geiner el agente, papá, esposo, manudo y ciclista.
Inmerso en pesquisas de alto perfil, pero con tiempo para el fútbol y la bici
Su participación en casos de alto perfil marcó su carrera. En 2013, tuvo un papel clave en la investigación de los helipuertos clandestinos ubicados entre Guápiles y Germania de Siquirres, donde un operativo conjunto del OIJ y el Servicio Especial de Respuesta Táctica (SERT) logró detectar al menos dos pistas de aterrizaje ilegales.
En 2016, Zamora fue pieza fundamental en la “Operación Toro Amarillo”, que permitió desarticular un grupo criminal dedicado al tráfico local de drogas y relacionado con un homicidio. El operativo culminó con 19 detenidos y 23 allanamientos en diversas localidades de Pococí, Sarapiquí, Guácimo y San José.
En aquella época, Wálter Espinoza Espinoza, entonces director del OIJ, calificó al grupo desmantelado como “doméstico, pero con un alto grado de organización y estructura”, señalando su expansión en la comercialización de drogas, principalmente crack.
En el 2018, según confirmó el subdirector del OIJ Michael Soto, Geiner recibió amenazas de muerte por parte de una estructura criminal que operaba en la zona, esto hizo que lo trasladaran un tiempo a San José, donde estuvo con protección. Posteriormente lo enviaron a Siquirres, donde también fue subjefe de delegación y lo devolvieron, gradualmente, a Guápiles, el pueblo que lo vio crecer.

En sus ratos libres, Zamora era un apasionado del fútbol. En marzo del 2013, viajó a Denver, Colorado, para alentar a la Selección Nacional en aquel infame partido que quedó en la memoria de los aficionados por la intensa nevada (la Tricolor perdió 1-0). En Costa Rica, su corazón futbolístico le pertenecía a la Liga Deportiva Alajuelense.
Tras la pandemia, encontró en el ciclismo de montaña una nueva pasión, compartiendo rutas y aventuras con amigos y compañeros de trabajo por diversas zonas de Pococí.
El resto del tiempo disfrutaba viajando con familia y amigos y compartiendo con su esposa y su hija, a quien llevaba a clases de voleibol. Según relatan sus allegados, la jovencita estaba ansiosa por entrar a sexto grado de la mano de su papá. Hoy un país llora con ella.
A Geiner lo despedirán este miércoles a las 8 a. m. en un acto de recordación en la iglesia Ciudad para las Naciones, en Barrio Toro Amarillo de Guápiles. Luego habrá una Capilla Ardiente en los Tribunales de Guápiles y el sepelio será en el Cementerio de Guápiles, al mediodía.
Sospechosos en libertad
Mientras tanto, el joven de 20 años, de apellido Guadamuz, único sospechoso de haberle disparado al agente, descontará un año de prisión preventiva. Sin embargo, otros tres hombres detenidos el sábado y domingo como parte de la investigación por el homicidio quedaron en libertad. Se trata de un exoficial del OIJ de apellidos Delgado Mora, así como Azofeifa Ugalde y Coto Vega.

Según la resolución judicial, la prueba presentada en la audiencia no permite establecer la participación de esos detenidos en los hechos con el grado de probabilidad que exige la ley procesal penal. Lo anterior impidió al juez aplicar la medida cautelar de prisión preventiva.
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No se informó si contra ellos se dictó alguna otra medida como usar brazalete o firmar de forma periódica, al aducir que, en cumplimiento del artículo 295 del Código Procesal Penal, no es posible brindar detalles de la audiencia oral y privada que se concluyó la mañana de este martes.
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