
Dos jóvenes fueron condenados a 26 años de prisión cada uno por dos homicidios ocurridos durante una fiesta clandestina, el 30 de enero del 2022, en una bodega en Guápiles de Pococí.
Los sentenciados, Andrey Monge Segura y Dixon Avendaño Badilla, fueron declarados culpables de dos delitos de homicidio simple en perjuicio de Bernal Flores Villalobos y Anthony González Cruz.
La resolución fue dictada la mañana del miércoles en la sala número cinco de los Tribunales de Pococí.
Los hechos se remontan a una celebración a la que asistieron más de 200 personas, en momentos en que aún regían restricciones por la pandemia de covid-19.
Según explicó el juez del Tribunal, tanto el Ministerio Público como el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) lograron vincular a los imputados con dos de las tres muertes ocurridas durante el tiroteo en esa fiesta, gracias a informaciones confidenciales y videos de cámaras de seguridad.
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Sin embargo, el autor del tercer homicidio —una víctima que murió dentro del salón de eventos— no pudo ser identificado como uno de los ahora condenados, por lo que ese crimen quedó fuera de esta sentencia.
El Tribunal determinó que Monge y Avendaño actuaron con planificación y seguimiento previo de sus víctimas, quienes presentaron múltiples heridas por arma de fuego.
Uno de los sentenciados, vecino de La Unión de Cartago, tenía antecedentes por robo de vehículos y, tras el crimen, se realizó un cambio estético en el cabello para evitar ser reconocido, ya que en los videos se le identificaba fácilmente. El otro imputado es vecino de Limón.
Dado que ambos son personas jóvenes, el Tribunal sumó un año adicional a la pena mínima establecida por homicidio simple, fijando así la condena en 13 años por cada delito, para un total de 26 años de cárcel por persona.
Además, se ordenó ampliar la prisión preventiva por seis meses mientras queda en firme la sentencia.
Estos dos hombres ya habían sido condenados en setiembre del 2024 por estos hechos, pero el Tribunal de Apelación ordenó que se repitiera el juicio.
